LIMA (AFP) – Un amplio frente cívico de Arequipa, segunda ciudad del Perú, inició el viernes un paro indefinido exigiendo la renuncia del presidente Alejandro Toledo «por incompetente», en momentos que paradójicamente su popularidad conoce de un alza sin precedentes en los últimos 24 meses al bordear el 20%.
La paralización era acatada en forma limitada y se caracterizó en sus primeras horas por bloqueos de carreteras con piedras y palos, quema de neumáticos y esporádicas marchas de pobladores en la ciudad.
Según los reportes de radios y televisoras locales, la principal carretera que comunica Arequipa con Lima era una de las vías afectadas por las protestas.
Además de la renuncia de Toledo, los organizadores también demandan al gobierno la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Los comercios permanecían con atención parcial, en previsión de eventuales desmanes, ante la amenaza de saqueos coreada la víspera por manifestantes en la plaza de Armas, la principal de la ciudad.
La medida de fuerza fue lanzada la noche del jueves por Frente Amplio Cívico de Arequipa (FACA), tras ser votada en una asamblea en la que participaron unas 150 diversos gremios representativos de esa región surandina peruana.
«Arequipa exige la renuncia por incompetente, por llevar al país a un estado de debacle, y pide la inmediata convocatoria de una Asamblea Constituyente», declaró a la prensa Jerónimo López, dirigente del FACA.
«Cada día hay más desocupados y miseria, estamos hartos de este gobierno», acotó López, quien acusó al gobierno de Alejandro Toledo de «arrodillarse» ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las protestas en Arequipa se focalizaron inicialmente en el transporte, cuyo gremio inició el lunes una huelga indefinida en contra del alza de un seguro de accidentes de tránsito, cuyo uso es obligatorio.
La paralización coincide con una huelga de cocaleros en la selva central de Perú y, de persistir hasta el lunes, empalmaría con otra que ese día inician los productores agrarios contra un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Perú, Ecuador y Colombia llevan a cabo desde mayo del año pasado negociaciones para establecer un TLC con EEUU, que se han estancado por diferencias en el tema agrícola.
Las protestas de los agricultores peruanos coinciden con la posición de los colombianos, quienes reiteraron en Bogotá su rechazo a la suscripción «en las actuales condiciones» del TLC con Estados Unidos.
La tensión social ocurre cuando la popularidad del presidente peruano conoce un alza notoria, que lo vuelve a situar por encima del 10% después de más de 12 meses en que esta fluctuó entre 8 y 10%.
Un reciente sondeo de la empresa IMA le otorgó a Toledo una aprobación del 18% en el mes de junio en base a una encuesta efectuada en Lima, entre más de medio millar de personas el 27 y 28 de junio.
La desaprobación cayó a casi un 80%, seis puntos porcentuales menos que el mes pasado.