Hoy 
POR SANTIAGO GONZALEZ
SANTIAGO.- Monseñor Agripino Núñez Collado recomendó ayer a las organizaciones populares que escuchen al Presidente de la República antes de protestar por la posible eliminación del subsidio al Gas Licuado de Petróleo (GLP).
«Lo sensato sería esperar qué es lo que va a decir el presidente Leonel Fernández y a raíz de eso, entonces, sí se ameritan medidas o respuestas que se hagan», sostuvo Núñez Collado.
Indicó que esas organizaciones que han anunciado protestas para hoy, no pueden pasar el puente antes de llegar al río.
«Hace varios días que ya se anunció el discurso del Presidente sobre ese caso específico para este martes. Entonces, reitero que es razonable esperar su alocución», precisó Núñez Collado.
El religioso fue entrevistado en el acto de entrega de un cheque por RD$1.0 millón, para el inicio de los trabajos de la Red Solidaria de Servicios de Salud de Santiago (REDSOLISS), durante un acto celebrado en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra(PUCMM) de la que es rector.
Por otro lado, el secretario de Salud Pública, doctor Sabino Báez, dijo ayer que se mantienen las medidas de seguridad dispuestas en el hospital José María Cabral y Báez, tras la sospecha de sabotajes en ese centro asistencial.
«Ahora tenemos un teniente coronel de la Policía encargado de la seguridad y el encargado de mantenimiento sigue suspendido hasta que concluyan las investigaciones», añadió Báez.
Respecto a la REDSOLISS, a la que se le entregaron los fondos, dijo que se formó para mejorar la calidad de la atención a los pacientes de los hospitales.
«Todos los partos normales y hasta aquellos que necesitaren una cesárea simple, deben ser realizados en los hospitales locales de REDSOLISS», señaló Báez.
Asimismo, dijo que en ese programa deben ser atendidos todos los pacientes con cuadros de hipertensión básica, niños con diarreas o infecciones respiratorias agudas y que todas las suturas elementales tienen que realizarse allí.
«Esta red es para atender rápido y bien a la gente pobre de nuestro país», puntualizó Báez.
Señaló que si en esta ciudad se quiere reducir los niveles de violencia, hay que ofrecerle buenas atenciones a los más de 227,500 santiagueros pobres que viven en la provincia.
Báez dijo también que si se determina que en los hospitales Cabral y Báez y el Arturo Grullón existe personal médico supernumerario, serán movilizados a otros centros de la base para apoyar el trabajo.
