BAGDAD (AFP).- El fiscal general del Alto Tribunal Penal iraquí pidió ayer, lunes, la pena de muerte para el depuesto presidente Saddam Hussein y dos de sus lugartenientes, a quienes acusa de crímenes contra la humanidad. El fiscal general, Jaafar al-Musaui, pidió la pena de muerte para Saddam Hussein, su hermanastro Barzan al-Tikriti y el ex vicepresidente Taha Yasin Ramadán tras una larga exposición en la que los responsabilizó de la masacre de 148 campesinos chiitas en Dujail (al norte de Bagdad) en los años 1980 tras un ataque frustrado contra el vehículo presidencial.
Pedimos las penas máximas y las más severas contra Saddam Hussein, Barzan al-Tikriti y Taha Yassin Ramadan, que han propagado la desgracia sobre la Tierra y son responsables de todos los crímenes cometidos en Dujail, dijo el fiscal.
Son crímenes contra la humanidad, dado que han transcurrido dentro del marco de una campaña organizada y ordenada por las autoridades contra un grupo de civiles, aseguró.
El ex dueño y señor de Irak, vestido con camisa blanca y chaqueta oscura, escuchó con una sonrisa al fiscal mientras tomaba notas en un cuaderno amarillo colocado sobre sus rodillas, encima de un corán.
A Barzan al-Tikriti le costó disimular su ira, mientras que Taha Yassin Ramadan permanecía impasible. El fiscal afirmó que todos ellos debían ser juzgados por cuatro cargos: asesinato con premeditación, encarcelamiento y privaciones graves, torturas y exilio forzado de las víctimas.
Al-Musaui pidió penas más moderadas para cuatro coacusados y el abandono de las diligencias judiciales contra el octavo. La próxima audiencia del juicio fue fijada para el 10 de julio y en ella se conocerán los alegatos de la defensa. El veredicto está previsto para mediados de setiembre, dijo este lunes un funcionario estadounidense cercano al tribunal penal iraquí.
Después de los alegatos de la defensa el 10 de julio, la corte suspenderá las audiencias durante unos 60 días y se esperará a que el veredicto se pronuncie hacia mediados de setiembre, declaró el funcionario que pidió no ser identificado.
Los que sean condenados a la pena de muerte o a cadena perpetua tendrán automáticamente el derecho a apelar y la corte puede tomarse el tiempo que estime necesario para resolver las apelaciones, agregó.
Ambas penas necesitan una mayoría de los cinco jueces que integran la corte, agregó la fuente.
El juicio se celebró mientras Irak seguía azotado por la violencia que mató a 25 personas, varias de ellas en atentados en Bagdad y su región, a pesar de que más de 50.000 soldados iraquíes y estadounidenses patrullan la capital desde el pasado miércoles.
El primer ministro Nuri al Maliki anunció este lunes la próxima retirada de las fuerzas multinacionales de la provincia sureña de Al Muthanna, donde están desplegados soldados australianos bajo mando británico. Japón prevé retirar próximamente a sus 600 hombres de Samawa, capital de esa provincia.
Pensamos traspasar la gestión de la seguridad a las fuerzas locales y en el primer lugar donde se hará será en Al-Muthanna, el mes próximo, dijo Maliki.
El ministro británico de Defensa, Des Browne, de visita en Bagdad, declaró que está conversando con las autoridades iraquíes sobre la forma de aplicar en Basora (sur) un plan de seguridad similar al desplegado en Bagdad.
Al oeste de Bagdad, las tropas iraquíes y estadounidenses trataban de retomar el control del bastión rebelde sunita de Ramadi.
Por otra parte, el Consejo Consultivo de los Muyahidin, dominado por la célula iraquí de Al Qaida, afirmó haber secuestrado a dos soldados estadounidenses declarados desaparecidos el viernes en el sur de Bagdad, en un comunicado publicado el lunes en una página internet islamista.
La misma organización reivindicó el secuestro de cuatro diplomáticos rusos en Irak y dio a Rusia 48 horas para abandonar Chechenia, en un comunicado publicado el lunes en su portal web.