Pide regular con igual exigencia a bancos y finanzas digitales

Pide regular con igual exigencia a bancos y finanzas digitales

La presidenta de Santander, Ana Botín, defendió ayer en Bruselas la necesidad de regular con igual exigencia a todas las empresas que proveen servicios de pago o gestionan datos de consumidores para garantizar una competencia justa entre la banca y las grandes plataformas digitales.
«Europa necesita una competencia justa. Es lo único que pedimos», dijo Botín en un debate en la capital comunitaria con un reducido grupo de representantes de instituciones europeas, el sector financiero, nuevas empresas de finanzas digitales y asociaciones de consumidores.
Insistió en que debe aplicarse la «misma regulación» a todas las empresas que realicen la «misma actividad» puesto que las compañías digitales están en todos los sectores -comercio, banca, medios de comunicación- y, en el caso de la banca, no compiten en igualdad de condiciones.
Recordó que los grandes bancos europeos, que hace diez años tenían el mismo tamaño que los estadounidenses, hoy sólo representan un tercio del mismo y se enfrentan a la competencia de «grandes plataformas tecnológicas» que llevan a cabo «prácticas monopolísticas», funcionan con modelos «cerrados» y pagan menos impuestos.
En este sentido, puso el acento en los servicios de pagos, actividad central de la banca que cada vez más proveen otros actores digitales, y abogó por crear un único regulador europeo para este tipo de servicios o permitir a las entidades establecer subsidiarias.
«Si la Comisión Europea no va a mirar del mismo modo a los pagos para todo el mundo, entonces saquemos los pagos fuera de los bancos. Esta es una opción», dijo Botín, quien pidió a las instituciones que pongan a las entidades «en la misma cesta que a Amazon y Google».
Reconoció que la banca tiene que «mejorar» estos servicios para hacerlos más sencillos y menos costosos, pero defendió que para ello necesitan un modelo que les deje espacio para invertir. Al mismo tiempo, incidió en la creciente competencia de las firmas chinas, estadounidenses y rusas, menos reguladas, y advirtió del perjuicio que supondría para los consumidores una banca europea «débil».

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