Por ALTAGRACIA ORTIZ G.
El aborto es un problema de salud que no puede ser enclaustrado en el aspecto religioso, sino que debe ser discutido sin tabúes por todas las instituciones de la sociedad, sostuvo ayer el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), doctor Enriquillo Matos.

El galeno sostuvo que el último renglón en que debe clasificarse el aborto es en el aspecto médico, pues implica «un dolor de cabeza» para la sociedad y para las familias en concreto.

Indicó que las cifras que tiene el CMD dan cuenta que donde el aborto está criminalizado se lleva a cabo un mayor número de abortos.

A su juicio, se trata de un tema que debe ser ampliamente discutido en las escuelas, las iglesias y el sector Salud, pues la incidencia del problema preocupa a todos.

Esta semana el diario HOY publicó una serie de reportajes en torno a que las dos principales maternidades del país han registrado 11,000 abortos en un año, mientras estimaciones internacionales sostienen que el número de abortos inducidos ronda los 100,000 casos.

«El problema del aborto no puede ser visto como un problema religioso, de negocio o de médicos, pues el médico es talvez la última persona que interviene», aseguró Matos.

Insistió en que existen estudios extraordinariamente claros en los que se establece con claridad que la criminalización del aborto no resuelve el problema social que implican.

A su juicio, en el país se maneja el aborto con mucho más rigidez que en El Vaticano, por lo que pidió una mayor apertura para tratar un tema con graves implicaciones para la salud pública.

En estos días, amplios segmentos poblacionales del país han reaccionado alarmados por los altos registros y estimaciones del aborto inducido.

De los 6,000 abortos inducidos que llegan a la maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, en esta capital, el 80 por ciento corresponde a adolescentes entre 15 y 19 años, mientras en la maternidad San Lorenzo, de Los Mina, de 5,000 abortos inducidos, el 30 por ciento corresponde a adolescentes de esa misma edad.