WASHINGTON (EFE).- Grupos defensores de los derechos humanos instaron hoy al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a que analice la situación de esos derechos dentro de su país, tras afirmar que Washington debe predicar con el ejemplo.

   El informe emitido hoy por el Departamento de Estado sobre la situación de los derechos humanos en el mundo es una muestra clara de la «hipocresía» de EEUU, porque este país también viola esos derechos, indicó la Red Estadounidense de Derechos Humanos (USHRN).

   La coalición, que agrupa a más de 160 organizaciones, aseguró que EEUU condena a otros países pero peca de esas mismas violaciones a los derechos humanos.

   El grupo envió un memorándum a Bush en el que critica la situación de los derechos humanos dentro de Estados Unidos y, sobre todo, lo que perciben como un esfuerzo del Gobierno por legitimizar el uso de la tortura y el abuso de detenidos extranjeros.

   Ajamu Baraka, director ejecutivo de USHRN, indicó que si el objetivo del informe es promover el respeto de los derechos humanos y que los demás gobiernos se responsabilicen de sus problemas, entonces Estados Unidos debe sentar el ejemplo.

   Señaló que las violaciones de los derechos humanos cometidas por el Gobierno de EEUU no sólo han creado un clima de miedo y represión dentro del país, sino que también «han dado más abono a todos aquellos en el mundo que buscan minar o desoír» la petición de Washington para que se respeten esos derechos.

   «Nos preocupa que la conducta del Gobierno de EEUU tanto a nivel doméstico como a nivel internacional está desacreditando a esta nación ante el mundo», dijo Baraka.

   Según USHRN, Estados Unidos no está libre de problemas relacionados con los derechos humanos y más bien afronta retos en las áreas de vivienda, pobreza y abusos cometidos como parte de la lucha antiterrorista.

   La USHRN tiene previsto divulgar en los próximos días su propia agenda en la que detallará las principales áreas en las que, a su juicio, Estados Unidos debe tomar medidas para mejorar la situación de los derechos humanos.

   Por su parte, Amnistía Internacional (AI) advirtió de que la práctica del Gobierno de EEUU de enviar a detenidos a países con una pésima trayectoria de derechos humanos podría convertir el informe del Departamento de Estado en una guía para los torturadores en el exterior.

   «Así como las empresas vigilan los salarios en todo el mundo para trasladar sus operaciones a los (países) productores más baratos, el Gobierno Bush ha demostrado que valora los métodos de tortura disponibles por contrato en algunos países», denunció William Schulz, director ejecutivo de AI en EEUU.

   Schulz señaló que, irónicamente, el informe anual del Departamento de Estado puede haberse convertido en una especie de «páginas amarillas para la subcontratación de la tortura».

   El grupo pidió que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, manifieste de forma inequívoca que ningún agente estadounidense puede entregar a los detenidos a países donde se practica la tortura y que cualquier acto semejante será investigado y sancionado.