POR FIOR GIL
El Concilio Evangélico de las Asambleas de Dios consideró ayer que el gobierno debe asumir una actitud enérgica contra el agiotismo y la especulación que claramente manifiestan muchos sectores del comercio que solamente buscan acumular fortunas y engrosar arcas sin importarles las condiciones de vida y el sacrificio del pueblo.

“Hay una triste realidad, y es que, ante esta ambición materialista, la población dominicana no solamente luce impotente, sino indefensa y sin alternativas”, expresan los reverendos Alejandro Pérez Jerónimo y Carlos Mateo, superintendente Nacional y secretario Ejecutivo del Concilio.

Alegan que los comerciantes se resisten a bajar los productos de la canasta familiar ahora cuando los precios de los combustibles han experimentado una reducción significativa. Manifiestan su preocupación porque el comercio ha asumido una conducta incoherente en lo que tiene que ver con el comportamiento económico de la nación. Si la gasolina y el gasoil han bajado sus precios, pues lo más lógico es esperar que los negocios hagan los mismo con la comida y con todos los productos que guarden una relación de dependencia con estos combustibles.

“Es lamentable -señalan- que los negociantes se dejen arrastrar por un afán ciego de acumulación de ganancias en detrimento de la condición de vida de la clase pobre del país”.

Agregan que se trata de una conducta que amerita de una respuesta contundente por parte del gobierno. “Creemos que no es cuestión de implorar, como si se tratara de un favor. Las autoridades deben proceder a actuar con mano dura contra quienes se resisten a negociar de manera limpia y justa”, agregan

Los reverendos Pérez Jerónimo y Mateo consideran que la actitud del comercio parece dar la razón a quienes sostienen que en este país los precios de los artículos que suben, nunca bajan. Se trata de un comportamiento que está estrechamente ligado al agiotismo, a la explotación y al deseo ciego de acumular riquezas sin importar como.

Dicen que la misma situación se está dando en el país con las compañías distribuidoras de la energía eléctrica, de las cuales señalan que  se han constituido en una especie de draga que sólo busca succionar los recursos de la población dominicana con la colocación de costos elevadísimos al sistema de facturación.

Sostienen que aparte de la colocación de facturas caprichosas a los ciudadanos, estas compañías no cumplen con su responsabilidad y compromiso de suministrar el servicio debidamente a la población.

“Si el Gobierno no sale con todo el peso de la ley y de la responsabilidad en defensa de la población, la clase pobre tendrá que cargar muy pesado ante estos sectores que actúan de manera desalmada, ambicionista y egoísta”, indican los  religiosos.