La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, pidieron ayer un acuerdo «eficaz» sobre el plan de reconstrucción europeo para hacer frente a las repercusiones de la pandemia, tras una reunión en la casa de huéspedes del Gobierno alemán en Messeberg, en las afueras de Berlín.
«Por un lado está la pandemia y por otro lado una situación económica que no habíamos tenido en mucho tiempo y que nos pone ante grandes retos tanto en nuestros respectivos países como dentro de la UE», dijo Merkel.
Merkel resaltó que tanto Francia como Alemania son conscientes que solo dentro de la UE podrán tener un papel importante en el mundo en temas como la digitalización o en cuestiones «de guerra y paz».
La canciller recordó también que Alemania asumirá la presidencia de turno de la UE el 1 de julio y se mostró satisfecha de que hay una visión común con Francia frente a diversos retos.
«No es suficiente que Alemania y Francia se pongan de acuerdo para que haya un acuerdo en Europa, pero es difícil que haya un acuerdo en Europa si no hay consenso entre Francia y Alemania», subrayó Merkel.
Uno de los primeros retos será la cumbre europea del 17 y 18 de julio en la que se deberá aprobar el plan financiero de la Comisión, así como el fondo de reconstrucción, basado en una propuesta franco-alemana.
«Todavía hay mucho trabajo, habrá que tener muchas reuniones previas, la mayor parte de ellas a cargo del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pero nosotros naturalmente lo apoyaremos», dijo Merkel. El fondo, que debe estar dotado con 750.000 millones de euros, deberá apoyar a los países más afectados por la pandemia tanto con créditos como con ayudas a fondo perdido. Esto último genera la resistencia de algunos países que consideran que el fondo debe limitarse a conceder créditos. Merkel considera que algo que puede ayudar a que los países que tienen reservas abandonen su resistencia es la propuesta de la Comisión de ligar el fondo de programas nacionales para un aumento de la competitividad.