Piden al Congreso EU bloquee fondos

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Washington,  (EFE).- La presión popular contra la guerra llegó hoy al Congreso de EEUU, donde varios cientos de activistas de grupos sociales y pacifistas urgieron a sus representantes a que bloqueen los fondos para Irak y exijan el retorno de las tropas.

Durante toda la jornada, legisladores y senadores estadounidenses reciben en sus despachos del Capitolio a los 800 activistas, procedentes de 47 estados de todo el país, que se han desplazado a Washington para hacer presión contra los planes del Gobierno de George W. Bush en Irak.

Cada uno de ellos se pondrá en contacto con los representantes políticos de sus respectivos estados para transmitirles el mensaje de que “hay que poner fin a la financiación de la guerra y traer las tropas a casa”, explicó a Efe Susan Udry, responsable de “Unidos por la paz y la justicia”, coalición que engloba a unas 1.400 organizaciones pacifistas.

De lo que se trata, según Udry, es de convencer a los congresistas de la necesidad de que recurran a su poder de frenar la aprobación del dinero necesario para financiar el envío de 21.500 soldados más a Irak.

Hay que convencerles, además, dijo, de que comiencen a preparar ya la financiación de una retirada segura, ordenada y rápida de las tropas.

“Les estamos pidiendo que digan no” cuando el Gobierno acuda al Congreso a pida los miles de millones de dólares necesarios para enviar más soldados a Irak, dijo Michael McPherson, del grupo “Veteranos por la paz”.

“Ése es el tema principal”, según McPherson, quien explicó a Efe que la presión política que hoy se está ejerciendo en el Congreso continuará en los próximos días en todo Estados Unidos, a nivel estatal y local.  Los activistas también acuden al Capitolio para exigir que se adopten medidas contra lo que temen que pueda ser una extensión de la guerra a Irán y para solicitar que se exijan responsabilidades y explicaciones al Gobierno de Bush por una guerra en la que han muerto más de 3.000 soldados estadounidenses.

McPherson considera que la resolución contra la guerra que esta semana se votará en el pleno del Senado, y que ya ha sido aprobada por el Comité de Exteriores de la cámara, es una medida positiva pero insuficiente.  La razón está en que ese texto, en el que se señala que el refuerzo de tropas “no es de interés nacional”, no es vinculante y, por lo tanto, no obliga a nada al presidente.

   Además, el Gobierno ya ha adelantado a través del vicepresidente, Dick Cheney, que aunque el pleno del Senado apruebe esa moción no piensa dar marcha atrás a su plan de reforzar los más de 130.000 soldados que actualmente cumplen su misión en territorio iraquí.

   La jornada de activismo político en el Congreso se suma a la marcha nacional del pasado sábado en la capital estadounidense, donde decenas de miles de personas, acompañadas por pacifistas, veteranos de guerra, congresistas demócratas y personalidades de la cultura, exigieron el fin de la ocupación estadounidense en Irak.

   Esa movilización fue la mayor desde el inicio de la guerra, en marzo de 2003, con medio millón de participantes, según los cálculos de la coalición convocante, “Unidos por la paz y la justicia”, que ha acogido la respuesta de los ciudadanos con esperanzas renovadas para mantener su campaña.

   Más que esperanzas “tenemos cada vez más entusiasmo y estamos más decididos” para poner fin al conflicto, según Susan Udry, encargada de coordinar algunas de las reuniones con los congresistas.

   La campaña de presión contra la guerra continuará los próximos días con nuevos contactos con responsables políticos y, en caso de no dar resultado, con “tácticas de confrontación directa con los congresistas recalcitrantes”, tal y como señala la coalición de Udry en su página de internet.

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