República Dominicana es de los pocos países que no tipifica las muertes violentas en razón de género como feminicidio, algo que fue duramente criticado durante la marcha de las novias, organizada por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), ante la falta de compromiso del Estado en crear estructuras operativas en protección a la mujer.
En la manifestación activistas feministas, organizaciones de la sociedad civil y estudiantes pidieron la implementación de un sistema de recopilación de datos más efectivo sobre las muertes violentas ya que su correcta validación permitiría crear un plan de prevención, conciencia y erradicación.
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Rosalía Rosa, vicerrectora de extensión, catalogó la tradicional Marcha de las Novias como un llamado de atención para sensibilizar a la ciudadanía y las autoridades, sobre el aumento de la violencia doméstica y de género en el país.
Definió como inaceptable lo que acontece todos los años en nuestro país donde la sociedad sigue sin ver identificar desde el Gobierno cuales son las acciones contundentes, ni las políticas públicas que se están tomando para detener esta epidemia de los feminicidios.
Desde enero hasta el mes de noviembre al menos 62 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, incluyendo dos empleadas de la academia estatal deplorando como el país se posiciona en los primeros lugares de la región de América Latina y el Caribe en ejecución del crimen citó la educadora.
De su lado, la directora del Instituto de Familia de la UASD, Virtudes de la Rosa, indicó que la violencia contra la mujer no es un problema privado, sino una crisis pública que debe ser enfrentada con responsabilidad. Señaló además cómo las autoridades se enteran de los casos por las confesiones de los agresores pero no por el trabajo de las autoridades.
Reiteró que la prevención de la violencia de género, no será posible si no se hace una intervención consciente, activa y asertiva de la masculinidad en este proceso, ya que este es un problema social que afecta no solo a las mujeres, sino también a los niños, niñas, adolescentes, personas envejecientes, a la naturaleza y a los propios hombres, que fruto del machismo se relacionan de manera incorrecta.