HOUSTON (AP).– Un camionero hallado culpable por la muerte de 19 inmigrantes asfixiados en su camión no debe ser condenado a morir porque no es «lo peor de lo peor’’, aseguró ayer, martes, su abogado.

Sin embargo, los fiscales insistieron en que Tyrone Williams, de 35 años, un jamaiquino residente del estado de Nueva York, debe ser ejecutado porque cometió un acto deliberado de violencia que llevó a la muerte de 19 personas.

Las víctimas eran todas inmigrantes ilegales que perdieron la vida asfixiados en un camión sellado, en un intento por entrar en Estados Unidos escondidos. Es el caso más mortífero de tráfico de inmigrantes en la historia del país.

«El único castigo justo en este caso sería la muerte’’, dijo el vicefiscal Daniel Rodríguez.

Tras un receso de casi un mes debido a la enfermedad de uno de los abogados y a las festividades de fin de año, comenzó el martes la audiencia para determinar la pena que le será impuesta a Williams.

Williams fue hallado culpable el 4 de diciembre por su participación en el intento de introducir ilegalmente a los inmigrantes al país, en mayo del 2003 en vía del sur de Texas hacia Houston.  Ahora, los miembros del jurado deben decidir si Williams, condenado por 58 casos de conspiración, y de albergar y transportar indocumentados, debe ser condenado a la pena de muerte, o sentenciado a cadena perpetua.

En declaraciones al reanudarse el proceso, Craig Washington, jefe del equipo legal que defiende a Williams, dijo al jurado que su cliente nunca intentó causar la muerte de los inmigrantes, y que continúa sintiendo remordimiento por lo que ocurrió.

Washington señaló que otros miembros de la red de contrabandistas con la cual trabajaba Williams eran igualmente culpables de lo ocurrido, pero ninguno de ellos enfrenta una posible pena de muerte.

El abogado indicó que Williams podría ser rehabilitado y su familia, que estaba presente en el tribunal, podría ser afectada por la sentencia de muerte.

Pero Rodríguez dijo que Williams merece la pena de muerte porque al no sacar de su encierro a los inmigrantes durante el intento de introducirlos ilegalmente en el país, cometió de manera intencional un acto de violencia que eventualmente causó la muerte de los indocumentados.

   El vicefiscal también dijo que las acciones de Williams pusieron en peligro las vidas de otros inmigrantes atrapados dentro del camión. Más de 70 indocumentados se hallaban ocultos en el vehículo.

   Diecinueve de los inmigrantes ilegales murieron de deshidratación, calor excesivo y asfixia tras pasar casi cuatro horas dentro del camión, que estaba tan caliente como un horno.

   Las autoridades dijeron que Williams formaba parte de una red de contrabandistas que intentó transportar a los indocumentados desde México, Centroamérica y la República Dominicana en su camión remolque desde el sur de Texas hacia Houston en mayo del 2003.

   Williams abandonó el vehículo en una parada de camiones cerca de Victoria, a unos 160 kilómetros al suroeste de Houston, luego que los inmigrantes sucumbieron al mortífero calor en su interior.