SAMANÁ. La Asociación Comunitaria de Ecoturismo de El Salto El Limón pidió la rápida intervención de las Secretarías de Medio Ambiente y Turismo, para detener la construcción de una carretera hacia ese lugar, cuyo propósito es el de beneficiar intereses particulares radicados en la zona.

El presidente de la entidad, Basilio García Castillo, advirtió que la iniciativa, que calificó de nociva, puede ahuyentar las excursiones eco-turísticas, debido a la facilidad que permite el nuevo tramo carretero a motocicletas que transitan a toda velocidad.

Según explicó, el trayecto de un kilómetro, que no cuenta con aprobación oficial, fue habilitado en los días de la campaña electoral, con el supuesto propósito de hacer el recorrido en corto tiempo, que normalmente se realiza en 30 minutos.

Abogó porque se respeten las regulaciones establecidas en el co-manejo de este recurso natural, que contemplan sanciones que podrían implicar la suspensión definitiva de la licencia de operación.

«El caso es que ya hay personas que quieren construir más carreteras, y esto hay que frenarlo, ya que de permitirse estas construcciones, desaparecería lo que es una zona protegida», argumentó García Castillo.

Actualmente existen 12 paradas que ofrecen excursiones con guía a pie o a caballo, de las que se benefician más de mil personas de las comunidades de El Limón, La Colonia de Rancho Español, Arroyo Surdido, Loma de la Cruz, El Café y Arroyo Chico.

El 10 por ciento de la población trabaja directamente en el turismo, una alternativa económica de la que también muchas familias obtienen beneficios.

Alrededor de 40 mil turistas visitan al año la cascada El Salto de El Limón, al que durante décadas se llega a caballo, resultando esta una recreativa y novedosa práctica para el visitante. Es una de las excursiones claves de la península de Samaná, caracterizada por cinco caminos peatonales.

García Castillo dijo que desde hace varios años la entidad trabaja a favor de la preservación del área, declarada en 1996 monumento natural.

Las frases

Basilio García Castillo

El caso es que ya hay personas que quieren construir más carreteras, y esto hay que frenarlo, ya que de permitirse estas construcciones, desaparecería lo que es una zona protegida».

Esta práctica nociva puede ahuyentar las excursiones eco-turísticas hacia esa zona de la península de Samaná».