Se estima que entre 8 y 10 niños de cada 1,000 nacidos vivos tendrá una cardiopatía congénita, por lo que la detección temprana y oportuna de estas afecciones es fundamental para preservar la vida de los niños que presentan estas enfermedades cardíaca.
“Si no se detectan a tiempo, las afecciones cardiovasculares, mayores serán las complicaciones para las intervenciones”, aseguró la doctora Janet Toribio, gerente de la Unidad Cardiovascular Pediátrica de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat).
Toribio asegura que en el país se debería hacer más énfasis en el diagnóstico precoz de las cardiopatías.
La pediatra dijo que actualmente se cuenta con diferentes formas para detectar a tiempo un posible defecto cardíaco, tal es el caso del ecofetal, un examen que se realiza en el vientre materno; otra manera es tratar de identificar la anomalía antes del alta hospitalaria del bebé, siguiendo los protocolos establecidos.
De acuerdo a Toribio, de ser descubierta a tiempo las posibilidades de sobrevida y posible corrección del defecto son muy altas, evitando así el deceso o lesiones permanentes.
Toribio ofreció estas declaraciones durante el desarrollo de la Jornada Cardiovascular Pediátrica realizada por Cedimat en colaboración con el Fondo para la Niñez David Ortiz, en la cual fueron recibidos 150 niños. De estos, 13 fueron sometidos a cateterismo intervencionista por vía percutánea (sin abrir el corazón). Los demás, fueron sometidos a evaluación cardiovascular, consistente en examen físico completo, registro de la presión arterial y saturación de oxígeno, así como electrocardiograma.