Médicos Sin Fronteras pidió ayer a México y a EEUU que no deporten a los migrantes centroamericanos que huyen de una crisis humanitaria en sus países y denunció que son blancos de robo, tortura y violaciones durante su paso por territorio mexicano.
En un informe presentado en México, la organización humanitaria documentó «un patrón de desplazamiento violento, persecución, violencia sexual y repatriación forzosa» de centroamericanos «similar al que se puede encontrar en conflictos armados más agudos del mundo». Por eso solicitó que «cesen de inmediato las deportaciones sistemáticas» de salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, y que se amplíe tanto la concesión de asilo, visas humanitarias y protección temporal como el acceso a servicios médicos y psicológicos.
El documento, basado en entrevistas realizadas a migrantes, indicó que casi 40% mencionó como principal causa de su migración haber sufrido ataques directos, amenazas o extorsión o haber sido reclutado forzosamente por bandas criminales. Cerca de 44% vivió la muerte de un familiar en últimos dos años, porcentaje que se elevó a 56% en el caso de salvadoreños.
Asimismo, cerca de 70% dijo haber sido víctima de violencia durante su periplo a Estados Unidos y casi un tercio de las mujeres habían sufrido abusos sexuales. De las 166 atendidas, 60% habían sido violadas. Los migrantes también denunciaron que los perpetradores de los ataques no solo eran miembros de grupos criminales, sino también agentes de fuerzas de seguridad.