LA HABANA (AFP) .- Una treintena de hijos de presos políticos pidió ayer sábado al gobierno cubano que libere a sus padres, durante una actividad organizada por el movimiento de las Damas de Blanco en celebración del Día de Reyes.

«Me regalaron un juego de damas chinas. Estoy contento, pero quiero que liberen a mi papá. Extraño su carácter, su inteligencia y su cariño», dijo a la AFP Luis Angel, de 11 años.

Su padre, Angel Moya, de 42 años, fue condenado a 20 años de prisión, y forma parte del grupo de los 75 opositores detenidos en marzo de 2003, 16 de los cuales han sido liberados debido a trastornos de salud.

Reunidos en casa de la activista Laura Pollán, cuyo esposo, el opositor Héctor Maseda, cumple una condena de 20 años, varias Damas de Blanco festejaron el Día de Reyes a los niños, y anunciaron que continuarán sus «pacíficos reclamos» hasta alcanzar «la liberación absoluta» de sus hijos y esposos presos.

Masiel, de ocho años, recibió un juego de muñecas y reclamó que su padre, Antonio Díaz, de 44 años y también con una sentencia de 20 años, «vuelva pronto».

«Extraño a mi papá, está lejos de mí. Mi mamá me dice que ore mucho por él, que le pida a Dios que vuelva pronto a casa. No lo veo hace rato», expresó la menor.

Gisela Sánchez, esposa de Díaz, destacó que la actividad de los menores es una forma de que los presos no se sientan olvidados y que permanezca en los niños el recuerdo de sus padres. «Masiel le hizo un dibujo y una carta a su papá. Han sido años de mucha tensión, tanto para la familia como para el preso», añadió.

«Es un día especial para nuestros niños, que están sufriendo y tienen traumas por la prisión de sus padres», dijo Julia Núñez, también integrante de las Damas de Blanco. Pollán aseguró que a la actividad llegaron niños de distintos puntos del país y que para realizarla no recibieron «un solo centavo del gobierno de Estados Unidos», sino regalos de países y organizaciones de la Unión Europea.

El movimiento de las Damas de Blanco se creó para exigir la liberación de 75 opositores condenados en abril de 2003, y recibió el Premio Sajarov 2005 de derechos humanos, otorgado por el Parlamento Europeo.

Las activistas del movimiento dicen ser apolíticas, pero las autoridades cubanas las acusan de estar financiadas y al servicio de los intereses de Washington.