LA HABANA (AP).- Dos años después de una ola de detenciones que llevó a 75 disidentes a la cárcel, un grupo de esposas y madres de los reclusos anunciaron protestas y pidieron la libertad de sus familiares, en tanto que el gobierno insistía en calificarlos de «mercenarios»» al servicio de Estados Unidos.

   Instaladas en la casa de Laura Pollán, esposa del reo Héctor Maseda que fue condenado a 20 años de cárcel, unas 30 mujeres recordaron el 18 de marzo del 2003, cuando comenzaron las detenciones de sus familiares.

   «Lo único que queremos es la libertad (de los presos) y que nos dejen expresarnos»», indicó Beatriz del Carmen Pedroso, esposa de Julio César Gálvez, sentenciado a 15 años.

   Vestidas de blanco — un atuendo que las caracterizó desde que comenzaron a agruparse, poco después de los procesos jurídicos — y con una estola en la cual se leía «amnistía»», las mujeres dijeron que iniciaban el viernes tres días de protestas.

   Las detenciones duraron varias semanas y en abril del 2003 los disidentes fueron condenados a penas de hasta 28 años de prisión, aunque 14 de ellos fueron liberados en el 2004.

   «Visto a la luz de hoy creo que fue un error del gobierno que puso sobre el tapete la situación de los derechos humanos en Cuba. Y el tiro les salió por la culata porque no erradicaron a la disidencia»», declaró a la AP Marcelo López, uno de los excarcelados.

   Uno de los resultados logrados por la represión gubernamental fue precisamente la formación de las «damas de blanco»», como se denominó al grupo de madres y esposas, destacó el disidente.

   López, que fue condenado a 15 años, y los otros 74 activistas detenidos, fueron hallados culpables de traicionar a la patria y cooperar con Washington para derrotar a la revolución, una denuncia rechazada por los disidentes y por funcionarios norteamericanos.

   «Todo lo ocurrido (desde 2003) se convirtió en una victoria para la disidencia y una derrota para el gobierno»», comentó López.

   Los operativos y los juicios le valieron a las autoridades duras críticas internacionales, incluyendo la congelación de sus nexos con la Unión Europea y declaraciones adversas de intelectuales aliados a La Habana.

   Según López a estas críticas y presiones obedecieron las 14 excarcelaciones realizadas hasta ahora, entre ellas la del escritor Raúl Rivero, que había sido condenado a 20 años. Los excarcelados recibieron una «licencia extrapenal»» que les permite salir provisionalmente de la cárcel por motivos de salud.

   Sin embargo, para las autoridades, las excarcelaciones fueron una demostración de la magnanimidad y humanismo de su sistema carcelario, al tiempo que las autoridades continuaban su presión sobre los disidentes.

   «No permitiremos en Cuba la formación de organizaciones y partidos de mercenarios financiados y al servicio del gobierno de Estados Unidos»», advirtió el canciller Felipe Pérez Roque el jueves ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

   «No permitiremos periódicos y cadenas de televisión financiadas por el gobierno de Estados Unidos para defender entre nosotros sus políticas de bloqueo y sus mentiras. En Cuba, la prensa, la radio y la TV son propiedad del pueblo y sirven y servirán a sus intereses»», agregó el funcionario.

   Mientras tanto, las esposas y los opositores apuestan a que continuarán las excarcelaciones.

   «Pienso que vamos a tener más»», dijo López. «El gobierno debe dar más gestos a la comunidad internacional, al menos con los más enfermos»».