Piden más apoyo para Haití

Piden más apoyo para Haití

WASHINGTON.- Estados Unidos y la comunidad internacional deben involucrarse más en Haití, donde una insurrección armada ha dejado 42 muertos en cinco días, para evitar que la crisis alcance las dimensiones de Sierra Leona o Ruanda, dijeron expertos en el país caribeño.

Violentas manifestaciones antigubernamentales se extienden en Haití desde mediados de setiembre en reclamo de la renuncia del presidente Jean-Bertrand Aristide. La oposición controla el norte del país, aunque el gobierno logró esta semana retomar el control de tres ciudades en poder rebelde.

A menos que la comunidad internacional salga al rescate del sector democrático de la sociedad civil haitiana, éste «será estrangulado y eliminado, y entonces Haití será como Sierra Leona o Ruanda; no quedará nada en pie salvo pandillas feudales», sostuvo Jim Morrell, director del Proyecto para un Haití Democrático, un centro de análisis con sede en Washington.

Morrell consideró que el apoyo que Washington ha otorgado a Haití a través de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Comunidad del Caribe (CARICOM) no es suficiente.

«Cuando Estados Unidos se esconde detrás de la OEA o el CARICOM es porque no está haciendo ningún tipo de esfuerzo», estimó.

Pero Washington no contempla ninguna intervención militar en Haití, aseguró el martes el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, a la prensa.

«No existe ninguna intención, a la hora actual, ni ninguna razón para pensar» en una intervención estadounidense en el país caribeño, afirmó Rumsfeld.

[b]ARISTIDE PUEDE IRSE[/b]

El presidente Aristide y su familia tienen ahora la última oportunidad para abandonar el país «sanos y salvos», porque no podrá cumplir su mandato, dijo ayer el ex presidente Leslie Manigat.

Manigat, quien ocupó la presidencia desde el 7 de febrero al 19 de junio de 1988, cuando fue derrocado por un golpe militar, comentó en entrevista con EFE que el Gobierno de Aristide «caerá en días, semanas, meses, ignoro cuándo. Es el problema que tenemos. Podemos desarrollar la salida, el terreno y acelerarlo». Por ello, Manigat, del partido opositor Reunión de Demócratas Nacionalistas Progresistas (RDNP), exhortó a Aristide a escuchar el reclamo de la mayoría de su pueblo.

A juicio del ex mandatario, tanto la comunidad internacional como los haitianos responsables que viven en el país «pueden facilitar su salida y la de su familia hacia el exterior».

«Hay una radicalización de la situación. Antes decían (muchos haitianos) que debía salir del poder. Ahora señalan que tiene que ser juzgado. Lo que estaba fácil, no lo aceptó. Una salida de manera civilizada. Se le agota el tiempo», expuso el ex presidente.

[b]EU PIDE HAITÍ RESOLVER CRISIS[/b]

Hasta ahora, Estados Unidos se ha limitado a acusar al gobierno de Aristide de contribuir a la violencia y le ha pedido negociar pacíficamente una solución con la oposición política haitiana, que este martes se distanció de los rebeldes en armas.

El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, pidió el martes al nuevo embajador de Haití que el gobierno de Aristide busque una solución política a la crisis, aunque puso en duda que éste cumpla con el acuerdo logrado recientemente con el CARICOM.

«Creemos que es vital que el gobierno dé pasos para poner fin al clima de violencia que ha sido creado por estas pandillas y alcance un acuerdo político» que ponga fin a la violencia, indicó Richard Boucher, portavoz del departamento de Estado.

El acuerdo con el CARICOM implica que Aristide no buscaría la reelección en las elecciones de 2006 y conformaría en breve un nuevo gobierno a cargo de un primer ministro que sea aprobado por la oposición. El pacto, no obstante, no ha calmado a los rebeldes, que buscan su renuncia.

La OEA, que desde comienzos de 2002 mantiene una misión especial para fortalecer la democracia en el país caribeño, reclama que cualquier cambio político ocurra «de manera pacífica y democrática».

«El gobierno haitiano podría hacer más para internacionalizar este tema, posiblemente a través de la OEA, solicitando que su Consejo Permanente discuta la situación y adopte algunas medidas», afirmó Robert Maguire, un ex funcionario del departamento de Estado y experto en Haití.

«Parte del problema es que la oposición a Aristide ha terminado por detestar a la OEA, parecen creer que la OEA está del lado del gobierno», añadió.

La declaración realizada este martes por la oposición política a Aristide, que se distanció de la insurrección y pidió una solución «pacífica y no armada», es considerada, sin embargo, como una buena señal.

La crisis «podría servir como un mecanismo para traerlos a la mesa de negociación y tratar de que enfrente junto al gobierno esta violencia que consume al país», afirmó Maguire.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, indicó que la organización «estará aumentando su involucramiento (en Haití) bastante pronto», pero no dio más detalles.

Aristide ganó en 1990 las primeras elecciones democráticas en la historia de Haití, pero fue blanco de un golpe de Estado militar meses después. Una intervención militar estadounidense restauró su mandato en 1994.

Ejerció la presidencia hasta el fin de su mandato en 1996, y fue reelecto en el año 2000. No obstante, una crisis política sacude al país desde ese año, cuando el partido oficialista ganó elecciones legislativas consideradas fraudulentas.

El año pasado Aristide incumplió la resolución 822 de la OEA, en la cual se había comprometido a convocar nuevas legislativas en la segunda mitad de 2003. La oposición también incumplió la resolución al no nombrar sus candidatos para el Consejo Electoral.

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