El Licenciado Lisandro Macarrulla y el Lic. Manuel Diez, Presidentes del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) y de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), respectivamente,  reconocieron por separado la necesidad de asegurar los resultados obtenidos con la capitalización de la antigua Molinos Dominicanos, C. por A. y la Compañía Anónima Tabacalera (CAT), mediante la consolidación y culminación del proceso de privatización.

Esto, según explicó, con la finalidad de que el sector privado pueda asumir plenamente la totalidad de las inversiones necesarias para ejecutar los planes de desarrollo y modernización de dichas empresas que le permitan enfrentar, en igualdad de condiciones, los desafíos de la competencia interna y externa sin correr el riesgo de desaparecer.

Lisandro Macarrulla, presidente del CONEP, precisó que pese a que hasta ahora se puede calificar de exitoso el proceso de capitalización que se llevó a cabo en el marco de la Ley No. 141-97 de Reforma de la Empresa Pública y que logró salvar a dos de las antiguas empresas de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE), en este momento se impone la necesidad de abordar la segunda fase del proceso de reforma de la empresa pública mediante la venta definitiva de las acciones del Estado al sector privado, con lo cual se culminaría con el rescate de dichas empresas.

Macarrulla  refirió que el CONEP siempre ha considerado que si el gobierno quiere ser efectivo no debe involucrarse ni dedicar recursos públicos a aquellas actividades que el sector privado puede cumplir con eficiencia, y debe concentrarse en atender aquellas funciones que caen fuera de la esfera privada individual y que no se realizarían si el Estado no las hace. 

Por su Parte, Manuel Diez, presidente de la AIRD, planteó la necesidad de que el Estado retome el camino de la reforma de la empresa pública mediante una modificación del esquema de propiedad en las empresas capitalizadas. “Retomar el camino de la reforma implica crear las condiciones para que los empresarios del sector produzcan las inversiones que el Estado no se encuentra en condiciones de realizar y que el sector privado no realiza por la falta de un marco que permita su participación plena en las empresas capitalizadas, lo que sólo se lograría mediante una transformación del esquema de propiedad de dichas empresas”, resaltó el empresario Manuel Diez.

En ese mismo orden, el presidente de la AIRD señaló que cabe cuestionarse si es papel del Estado destinar recursos al financiamiento de los planes de desarrollo de una empresa en la cual el 50% del capital es propiedad de privados, que a su vez mantienen la administración y gerencia de la misma y que se verían favorecidos de manera particular por la inyección de recursos que el gobierno bien podría destinar al gasto social del Estado en beneficio de la colectividad.

De acuerdo al presidente de la Asociación de Industrias, el único escenario en el cual el accionista privado de las empresas capitalizadas tendría el suficiente interés en asumir todas las inversiones que se requieran para garantizar el desarrollo de estas empresa y lograr niveles adecuados de rentabilidad, sería aquel en el cual se le reconozcan sus aportes en el capital suscrito y pagado de la sociedad capitalizada.