POR ALEIDA PLASENCIA
El productor avícola Angel Fabián Llavona planteó la necesidad de establecer programas de financiamiento, para sacar la apicultura dominicana del subdesarrollo en que actualmente se encuentra.

También consideró urgente que la República Dominicana recupere el mercado europeo de la miel de abeja, perdido por haber dejado de exportar en un período de cuatro años.

Fabián Llavona, presidente de la Fundación Cimarrón y productor avícola desde hace varias décadas, consideró como un aspecto muy negativo, que le hayan cerrado las puertas al país en el mercado europeo para la miel de abeja.

Dijo que los dominicanos perdieron este mercado, por descuido, desactualización y desconocimiento, ya que dejó de exportar miel a ese continente durante cuatro años. Al respecto, dijo que se impone con urgencia que las nuevas autoridades tomen las medidas correspondientes para recuperar ese mercado.

Igualmente, abogó porque las autoridades desarrollen programas que permitan sacar al sector avícola del atraso en que está.

 Dijo que en los últimos dos o tres años, el consumo interno de miel de abejas, es mayor que el exportado y que la demanda para exportación está totalmente insatisfecha, «hasta el punto de que todo lo que el país soñara que podría producir, estaría vendido».

«La gran importancia económica de la apicultura en este momento, no es lo que se está consumiendo o exportando, relativamente poquísimo, efecto de la mediocridad, indiferencia, y desconocimiento, que impiden la continuidad, por tanto, el crecimiento y nos mantienen en el subdesarrollo», sostuvo.

Agregó que su gran valor estriba en la demanda permanentemente insatisfecha, desde siempre, en ser la actividad agropecuaria que menos recursos importados requiere, debiendo ser nulos ya que todos los equipos pueden y deben ser fabricados aquí.

Expresó que este sector tiene una gran base técnica y teórica-práctica, con muchos ejemplos conocidos positivos y negativos, un amplio recurso de asistencia y consulta internacional (relaciones internacionales) y que las zonas de producción son las de mayor vegetación.

«Esto no es en los parques de los pueblos, es en los bosques, cauces de ríos, mangles, cafetales, cocales, etc. En perfecta armonía con la naturaleza», dijo.

Con relación a los programas que, según entiende, deben llevarse a cabo en beneficio de este sector, abogó porque se enfatice en dar preferencia a incentivar y rescatar a productores, dentro de un marco extensionista.

Al respecto, resaltó que la apicultura es una actividad que permite ir inculcando cultura de administración, orden, registro, continuidad, calidad y orgullo de productor, a los fines de lograr un desarrollo sostenido del sector.

Agregó que las personas e instituciones que han trabajado en el desarrollo del campo, saben la gran importancia de esto.

Consideró que los grandes errores con respecto al desarrollo de la apicultura, se han producido cuando se han roto las reglas básicas, no gerencia, carencia de programas a futuro, falta de planificación y de priorización.