LA HABANA (AFP).- La oposición moderada cubana pidió ayer, jueves, el retiro total de Fidel Castro del poder en favor de sus sucesores institucionales y la abstención de Estados Unidos en el proceso de sucesión, como factores indispensables para garantizar la seguridad nacional.

“El presidente Fidel Castro, con su retiro generoso; los sucesores, con responsabilidad; y los Estados Unidos, con su abstención, podrían facilitar el inicio de un reencuentro entre cubanos. La seguridad nacional de Cuba lo demanda”, dijo en una nota Manuel Cuesta Morúa, vocero de Arco Progresista.

El pasado 31 de julio, Castro delegó provisionalmente sus poderes en su hermano Raúl, debido a una crisis de salud que le demandó una complicada cirugía intestinal y varias semanas de reposo.

La renuncia de Castro “revelaría valor y responsabilidad, teniendo en cuenta que semejante gesto se produce en medio de un proceso de sucesión que ha venido delineándose con discreta visibilidad”, afirmó Cuesta Morúa.

A su juicio “la provisionalidad no es buena para una nación que necesita políticas previsibles e institucionales”, pues “la incertidumbre profundizaría los riesgos internos a la seguridad nacional” como “la precariedad alimentaria, corrupción extendida, represión creciente, fragmentación y cinismo sociales, éxodo permanente y repunte de los racismos”.

Pero también, “el Plan (del presidente estadounidense, George W.) Bush para Cuba constituye -además de una intromisión y un menosprecio a nuestras capacidades, que rechazamos- la renovación del peligro. Su visión geopolítica enfoca la democratización de Cuba supeditada a los intereses norteamericanos en la región, sin tomar en cuenta las realidades del país”, señaló.

Ese plan fue aprobado en mayo de 2004 y renovado con otras medidas en julio de 2006, entre ellas un adjunto secreto por razones de “seguridad nacional”, que Cuba interpreta como planes de agresión o atentados contra Castro.