NUEVA YORK.- Los gobiernos de Francia, Estados Unidos y Canadá urgieron al presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide a que abandone el poder y propicie un arreglo político con los rebeldes. A esta petición se unió ayer el presidente de Costa Rica, Abel Pacheco.

El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció que autorizaría una fuerza de paz en Haití pero únicamente en el caso de que se produzca un acuerdo político entre el gobierno y la oposición.

La posición de la ONU se adoptó en una reunión que celebró ayer el Consejo de Seguridad en la que varios países pidieron una intervención internacional, aunque condicionada a una estabilización de la situación política.

«En estos momentos los gobiernos están discutiendo sus opciones,» si bien ayer decidieron que «hasta que no se alcance un acuerdo político, el Consejo de Seguridad no autorizará una intervención,» dijo hoy el portavoz de la ONU, Fred Eckhard.

Precisamente, se habían generado expectativas de un acuerdo en la reunión que convocó para hoy, en París, el ministro de Exteriores Dominique de Villepin, y a la que finalmente solo pudo acudir el representante del gobierno de Haití.

Los miembros de la oposición haitiana, que reclaman la salida del presidente del país, Jean-Bertrand Aristide, no pudieron finalmente acudir a París, por problemas con los vuelos desde Puerto Príncipe.

Al término de la reunión, Villepin, en nombre de Francia, urgió hoy diplomáticamente al presidente de Haití a abandonar el poder para «evitar una espiral de violencia que sería incontrolable» e insistió en que se trata de una medida de «total convergencia» con Estados Unidos y Canadá.

También el presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, aprovechó su presencia en la ONU para pedir la dimisión de Aristide.

Mientras se gesta el posible acuerdo, las distintas organizaciones y agencias de la ONU han comenzado los preparativos que les permita desplegar la fuerza internacional de manera rápida, si ello fuese necesario.

Uno de los que se ha puesto manos a la obra en el recién nombrado asesor especial del secretario general para Haití, el ex embajador de Trinidad y Tobago en Estados Unidos Reginald Dumas, que hoy ha mantenido consultas con las partes implicadas desde Nueva York.

Con respecto al despliegue de la fuerza multinacional, el portavoz de la ONU aseguró que el secretario general, Kofi Annan, «fue de los primeros de mencionar la intervención para evitar una futura Ruanda, pero los gobiernos deben ser los que establezcan las medidas básicas para que no menoscaben el derecho internacional».

Además de la posible acción de pacificación, la ONU está trabajando en tratar de paliar las graves necesidades humanitarias que el conflicto ha generado en Haití.

Tal y como afirmó Annan, «la situación se está deteriorando rápidamente, y muy a menudo los acontecimientos sobre el terreno van más rápidos que los esfuerzos diplomáticos».

A este respecto, las agencias humanitarias de la ONU denunciaron hoy los problemas que afronta su personal en Haití para distribuir la ayuda internacional de emergencia debido a los obstáculos que ponen los grupos alzados en armas y a la grave inseguridad.

«El tránsito es muy difícil, en cada barricada hay que negociar el pase dado que no se trata de uno, sino de varios grupos rebeldes. No hay un solo líder», explicó Damian Personnaz, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Medio centenar de funcionarios internacionales de la ONU, apoyados por empleados locales, coordinan la asistencia a la población civil haitiana, mientras que sus familiares y personal considerado «no esencial» fueron enviados a República Dominicana.

Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) reveló que ha sido «imposible» enviar ayuda alimentaria a las ciudades del norte de Haití por vía terrestre o marítima debido a la inseguridad.

Esta semana, el depósito del PMA en Cabo Haitiano fue totalmente saqueado, perdiéndose 800 toneladas de alimentos y otros materiales de emergencia valorados en más de US$700,000.