POR MARIO MENDEZ
Hace años que el crecimiento de la zona Este de la provincia Santo Domingo, donde se estima que habitan más de 1.5 millones de personas, sufre serias dificultades en el servicio del abastecimiento de agua potable.
Esto ha sido aprovechado por empresarios para impulsar el suministro comercial de agua a granel a precios elevados de 15 y 30 pesos el tanque y a 500 para la cisterna, con el riesgo de que se produzcan contaminaciones y enfermedades por la falta del debido control de calidad del líquido.
Los residentes del sector oriental en la mayoría de los barrios tienen además que comprar diariamente botellones de agua filtrada a 35 pesos, para beber y bañarse, por lo que disponen de agua de dos calidades, con lo que se eleva el costo de su vida hogareña.
La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), limitada para servir agua potable a tan creciente población con los campos de pozo del sistema Brujuela-Casuí, debió diseñar el acueducto «Barrera de Salinidad» para abastecerse del río Ozama y despacharla por gravedad, desde San Isidro, donde se construye una base de reservorios para alimentar las tuberías domésticas con adecuada presión y abundancia.
Los moradores de más de medio centenar de barrios de la parte oriental cifran sus esperanzas en el funcionamiento del nuevo acueducto, con lo que se soluciona además la intrusión marina que amenaza la disponibilidad de agua dulce para servirla a la población.
Con su puesta en servicio, luego de colocar un sistema nuevo de distribución de mayor capacidad, la presión de agua servida por las tuberías a los hogares, la industria y el comercio en esa zona aumentarán y reducirá el problema de abasto.
La obra empero está paralizada hace varios meses en su ejecución, por alegados atrasos en el pago de 30 millones de dólares a los constructores.
Antes de salir del gobierno, el entonces presidente Hipólito Mejía Domínguez inauguró una de las etapas de la obra que según los informes de ingeniería está en un 80%, dejando una deuda pendiente en ese entonces de 1,500 millones a responsabilidad de la CAASD, con los contratistas del acueducto.
En la inauguración de esa fase de la obra de toma se notó la ausencia de los ejecutivos de las empresas contratistas, entre ellos los del Consorcio Acueducto Oriental, perteneciente a la compañía italiana Impregilo y la contraparte dominicana Sinercon.
Se recuerda que Impregilo ha construido varias obras en el país, entre ellas la presa Jiguey-Aguacate y el acueducto Valdesia -Santo Domingo, el acueducto del Cibao Central y el proyecto agrícola AGLIPO II.
Mientras tanto, los habitantes de los barrios del Santo Domingo Oriental siguen sufriendo la escasez de agua potable y se ven forzados a comprar al comercio de agua sin tratar para llenar cisternas para la higiene del hogar, pero para tomar y bañarse deben seguir comprando agua embotellada por la industria, lo que presiona gravemente el ingreso familiar.
Desesperados ante el informe de que la obra está paralizada en su ejecución, residentes de distintos barrios de Santo Domingo Este reclamaron que la obra del acueducto «Barrera de Salinidad» sea completada en el 20% restante y que el gobierno del presidente Leonel Fernández, en cuya gestión se inició el proyecto, le pague lo adeudado a los constructores para que terminen y entreguen la obra.
Alfredo Pérez, de la junta de Vecinos del barrio Puerto Rico, Rafael Méndez -Mello_ de la junta de vecinos Los Pinos de Hainamosa, Leonte Mieses, dirigente de la Junta de Vecinos Unidad y Trabajo de la Urbanización Ana Teresa Balaguer, Pura Castillo, de la Junta de Vecinos Urbanización » Exclusividad de Italia», y José Aquino, de la Junta de Vecinos de Villa Tropicalia, reclamaron al presidente Leonel Fernández que disponga cuanto antes que la obra sea completada, de manera que puedan ponerle fin al drama sufrido por años de la escasez de agua potable.
El dirigente comunitario Alfredo Pérez dijo que los habitantes del barrio Puerto Rico pasan muchas calamidades con el suministro de agua potable y que tienen la esperanza de que el presidente Fernández termine el acueducto oriental «Barreras de Salinidad».
De su lado, la dirigente comunitaria Pura Castillo relató que la crisis en el abastecimiento de agua con el antiguo sistema de la CAASD ha obligado a la institución, atendiendo reclamo de vecinos de corregir la entrada de agua fétida a numerosas viviendas, que se les sirve de pozos tubulares, y dijo que hay residentes que no reciben el vital líquido como el caso de la urbanización «Roma» que dependen del funcionamiento de un campo de pozos, y señaló que la manera de resolver el problema agua es con la operación del acueducto oriental, del cual reclamó del gobierno su conclusión.
«La esperanza de los barrios de la parte oriental es el acueducto, y considero que el gobierno debe completar la obra, porque fueron muchas las calles que se rompieron y el trabajo que se ha hecho. Todo el mundo acá está muy contento de que se termine esa obra. Nosotros la parte oriental, estamos en espera de que ese acueducto pronto sea terminado», agregó Castillo.
Leonte Mieses, dirigente de la Junta de Vecinos Unidad y Trabajo de la Urbanización Ana Teresa Balaguer criticó que los pobladores que pagan los impuestos, pese al sacrificio, «tenemos que sufrir las consecuencias del no entendimiento de los gobiernos en o que debe ser la continuidad del Estado.
Una obra que estamos reclamando hace años como el acueducto oriental, para resolver el problema del abasto de agua a todas estas comunidades, hoy está detenida, y no sabemos las razones, pero como comunitarios, clamamos para que el gobierno del presidente Leonel Fernández con su consigna de que «e, p»alante que vamos» le de continuidad a esa obra, paguen los recursos que se necesitan y termine el acueducto».
Informó que en los actuales momentos la urbanización Ana Teresa Balaguer tiene más de una semana sin agua y los habitantes tienen que comprarla a granel a los camiones y embotellada para tomar.
Rafael Méndez «El Mello», al enfocar el problema de la deficiencia en el abasto de agua potable que afecta a su sector y el resto de los barrios y urbanizaciones del Este de Santo Domingo, precisó que la solución depende del funcionamiento de la obra cumbre que es el acueducto oriental y abogó porque el presidente Fernández disponga que la CAASD termine de pagar la deuda a los contratistas para que concluyan la fase pendiente.
Méndez dijo que la junta de vecinos que dirige, una vez en servicio el acueducto, mediará con los usuarios para el pago de la tarifa por agua servida, de manera que la CAASD pueda ir retornando el capital invertido en el tiempo programado.
«Entiendo que la población cuando empiece a recibir el servicio de manera regular, ayudadas por estas organizaciones, las juntas de vecino, comités de amas de casa, clubes, los usuarios Irán tomando conciencia e Irán pagando a la CAASD por el servicio», sostuvo Méndez.
Por su parte, José Aquino, de la Junta de Vecinos de Villa Tropicalia, relató que en la parte baja de su sector el agua se dificulta por la escasa presión del sistema de abasto y que sería con el funcionamiento del acueducto oriental cuando el problema sea solucionado. Problemas parecidos, dijo, tienen los moradores de El Tamarindo.
«Esa obra hace ya mucho tiempo que estaba paralizada, y realmente le pedimos al gobierno que trate de cubrir ese déficit de agua en el Santo Domingo Este y creo que la mejor forma de corregirle es dándole continuación al acueducto, y es nuestra esperanza que el presidente Fernández la prosiga como continuidad del Estado y una necesidad de los pobladores de esta parte», indicó Aquino.
Las obras que integran el acueducto oriental son el dique construido en el río Ozama y la toma que bombea agua hasta una planta potabilizadora, luego unos tanques de almacenamiento regulado sobre un terraplén que se necesitan para enviar por gravedad el agua a los barrios situados en lugares más altos de la parte oriental. El acueducto fue diseñado para ejecutarse en un plazo de dos años, pero debido a las dificultades para pagar las cubicaciones, ha ido acumulando retrasos en su entrega. Pese a que se inauguró en la obra de toma falta un 20% para completarse, la planta potabilizadora le falta hasta el techado y asfaltar los caminos internos, entre otros detalles, hay pendiente construir y colocar tuberías de hormigón y el sistema de tanques para regular el almacenamiento de agua y despacharlo por gravedad, hace meses que su construcción en la autopista San Isidro, está paralizada por falta de asignación de recursos.
Descripción de obra
El acueducto oriental fue iniciado en diciembre del año 1999 en la administración en la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) del ingeniero Euclides Sánchez, funcionario del gobierno del presidente Leonel Fernández, el cual dejó la obra estructurada y la fuente de financiamiento.
La obra está diseñada para manejar cuatro metros cúbicos por segundo. Fue declarado por decreto del Poder Ejecutivo en el año 2,000 como una obra prioritaria y urgente.
El proyecto que ejecuta el Consorcio Zona Oriental- Impregilo se ha denominado » Barrera de Salinidad», pero se trata de un acueducto con capacidad de manejar 4 metros cúbicos de agua por segundo.
La toma está en el río Ozama. Está compuesta por un dique de contención, la estación de bombeo de agua cruda, un canal de conducción desde la toma hasta la estación de bombeo mixto, impulsado por electricidad desde la estación de bombeo y la planta de tratamiento y desde allí a los tanques, desde donde
es despachada por gravedad . El presidente Mejía puso en servicio un metro cúbico por segundo. Es una planta que funcionará en dos módulos cada uno con dos metros cúbicos por segundo. En la actualidad se trabaja con la mitad de un módulo, un metro cúbico por segundo.
La primera etapa, la inaugurada, está compuesta por la obra de toma, planta potabilizadora, línea de conducción y los tanques de almacenamiento que les falta el inicio de la fase del hormigonado.
El módulo dos del proyecto sería la línea número dos a la que le faltan 600 metros de hormigón y las compuertas y válvulas. La obra de bombeo está compuesta por aguas claras y cruda . El bombeo del aguas claras está para colocarse 12 bombas, de la cual, en la primera etapa entrarían ocho bombas,
pero de ellas sólo funcionan cuatro bombas, debido a que la etapa no está completa como la mayoría de las partes del proyecto. En aguas claras, en la estación de bombeo están funcionando cuatro bombas, pero aquí el diseño es para que trabajen ocho bombas.
Los tanques de almacenamiento que deberán funcionar en el terraplén artificial construido al margen de la autopista San Isidro para despachar agua por gravedad a los barrios orientales, están suspendidos en su construcción hace varios meses por la falta de asignación de recursos.
Allí se construyó un terraplén artificial para que los tanques reguladores queden en una zona elevada para poder enviar agua a la zona oriental por gravedad.
La planta potabilizadora permite que el agua del río Ozama entre directamente con la turbiedad propia de lo que es el cauce y esa agua es tratada en varios procesos para garantizar la calidad. El primer proceso es la floculación, luego la sedimentación, la filtración, la cloración y la entrega a las redes de distribución efectivo desde el día 13 de mayo.
Pero para el metro cúbico de agua como estructura faltan muchos detalles según los expertos. En la planta potabilizadora faltan muchos detalles para completar la obra. Techado en la estructura, asfalto a los caminos internos y otros asuntos.
Otros faltantes, a pesar de su inauguración es un conjunto de edificios que forman parte de los tanques reguladores del proyecto pero todavía no están en vías de construcción.