“¿Pié de atleta?”

“¿Pié de atleta?”

“Heyyyyyyy –grita Píndaro-…. ¡Soy un gran afortunado!… ¡¡¡Soy Dominicano y la gran medalla que me he ganado es tener pies de atleta!!!… Puedo decir que, si yo me siento así, los verdaderos atletas que nos han representado en Río de Janeiro se deben sentir súper mejor que yo, aunque sólo nos hayan regalado la alegría de disfrutar de una medalla de bronce… Mira, Numerito –como se llama su amigo-, parece que los inconformes del país sólo se sienten bien cuando el morbo les lleva a hacer leña del árbol caído en referencia a nuestros atletas que no han obtenido un premio…”.
No bien ha terminado Píndaro su perorata, cuando Numerito lo sienta junto a él, toma un lápiz al que de inmediato le saca mucha punta, agarra un enorme pedazo de papel y le mira fijamente, mientras le dice: “Los Juegos Olímpicos de Río, son la muestra viva de lo que es mostrar al mundo a los mejores atletas de cada país, independientemente de que ganan una medalla o no… Y, te preguntarás: ¿Y, eso por qué?… Pues muy sencillo… al momento en que tú y yo estamos hablando, la población del mundo está alrededor de los 7,453,836,250 habitantes… En los juegos olímpicos, tenemos 11,551 atletas de todos los 206 países en nuestro mundo… O sea, que sólo un muy, pero muy reducido de valiosos seres humanos tiene la dicha de clasificar para asistir cada cuatro años a este magno encuentro deportivo… Y, oye bien Píndaro –dice Numerito- ¡ahí hemos estado siempre nosotros!…“.
“Anjá –exclama Píndaro-… ¡ahora me vienes con cálculos agrandados para impresionarme!… Yo he estado escuchando y leyendo en los diarios, que las federaciones deportivas de nuestro país no reciben ayuda económica suficiente del sector público para preparar a sus competidores para estos eventos, y que el sector privado haciendo un valioso equipo con el Comité Olímpico Dominicano, con un organismo al que le llaman CRESO se ha visto en el compromiso de meterles la mano para sacarlos a flote en su empeño por lograr medallas en estos encuentros…”.
“Anjá –reacciona Numerito-, pero… ¿Y qué hacen los federados con los millones de pesos mensuales que reciben?… ¿Por qué las federaciones que reciben sus asignaciones no publican el uso que hacen de esos montos que les son entregados?… Cada actividad, debe estar soportada con una apropiada documentación que justifique la inversión realizada… Es más, Píndaro –enfatiza Numerito-, tengo la firme convicción que cada federación debe llevar a cabo programas paralelos, unos para aquellos atletas que son candidatos permanentes a superar su marcas y ganar el pase a un evento internacional de esta naturaleza, y otros para los deportistas que requerirán desarrollo…”.
“Es cierto, amigo… -reflexiona Píndaro-, lo que pasa es que a todo entrenamiento hay que agregarle una motivación… Y, cada dirigente federado es responsable -ante sus atletas- de crear esta actitud… Un motor, para que explote el espíritu deportivo muchas veces dormido en potenciales campeones olímpicos… No es esperar a llegar al lugar sede de los juegos olímpicos para acompañarles tratando de alimentarles sus ánimos… ¡No!.. Es poner las cosas en su lugar antes, para poder celebrar el más amplio de los desempeños… Durante cada segundo a partir del cierre de este ciclo olímpico, hasta la nueva cita ya programada… Y, si hay que ‘jalarle las orejas’ a varios dirigentes federados, ¡Hacerlo!… Y, si hay que hacer público los resultados de las federaciones en estos recién transcurridos cuatro años… ¡Hacerlo!…”
“Pero –continúa Píndaro-, hay que hacer un reconocimiento público a todos y cada uno de los atletas que ganaron con su sudor y entrega a entrenamientos sus puestos a estar presentes en esta recién finalizada justa… Ellos merecen una gran felicitación del pueblo dominicano, porque forman parte de una élite entre los cuales se encuentra, por ejemplo, un Usain Bolt –jamaiquino- cuyos ingresos anuales ascienden a los 30 millones de dólares por sólo ganar cuatro medallas en 40 segundos que suman sus cuatro competencias cada cuatro años… ¡Nuestros atletas que acaban de asistir a estos juegos de Río, merecen un gran agasajo de parte de nuestros sectores público y privado, por sobresalir sin tacha al sólo integrar una verdadera élite de dominicanos, esta vez con el liderazgo de un Luisito Pié, que definitivamente, es un pié de atleta!”.

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