Piedras en el camino, no barreras insalvables

<P>Piedras en el camino, no barreras insalvables</P>

Se comenta por lo bajo que las relaciones entre Santo Domingo y Washington se encuentran en un momento que quizás no sea el mejor. Esa supuesta indefinición sirve para que cada cual interprete el asunto según su conveniencia.

Por ejemplo, algunos opositores del Presidente Fernández resaltan que a uno o dos funcionarios militares se les ha cancelado la visa para viajar a los Estados Unidos. Otros señalan que República Dominicana fue excluida de dos reuniones que el vicepresidente Joe Biden sostendrá hoy con presidentes centroamericanos en Costa Rica y en Chile con líderes latinoamericanos.

Aún no se sabe si el Presidente Fernández irá a la quinta Cumbre de las Américas que será en Trinidad el 14 y 15 de abril próximos, o sea en apenas dos semanas. Sin embargo, quienes buscan empañar la percepción acerca de las relaciones con Washington optan por olvidar que, justo cuando se filtró lo de las visas la embajada de Estados Unidos destacó el excelente nivel de cooperación de las autoridades dominicanas en la  lucha contra las drogas y días después soldados gringos realizaban ejercicios y proyectos de acción cívica en el interior.

Al PLD no le fue fácil componer una relación con la embajada estadounidense a un nivel de cordialidad o entendimiento recíproco por las reservas que tenía Bosch ante el imperio. Esto se logró cuando el embajador Robert Pastorino, como parte de un programa gestionado en parte por la Cámara Americana de Comercio,  estableció la costumbre de invitar a los candidatos presidenciales a almorzar en la embajada y Bosch, acompañado de su entonces joven asistente de prensa doctor Leonel Fernández Reyna, accedió a romper el hielo y visitar la embajada, donde quedó fascinado con las galleticas de chocolate que horneó para él la esposa de Pastorino.

Pocas veces ha tenido nuestro país un presidente con tan excelentes contactos personales con tanta gente influyente en Estados Unidos. Leonel Fernández ha cultivado esas relaciones con académicos, empresarios, políticos y periodistas, conocedor de cómo las relaciones internacionales no dependen sólo de la diplomacia oficial.

Seguramente hay motivos justificados tanto en Washington como en Santo Domingo para que la amistad entre nuestros países esté algo resentida, pero en lo que no deben pifiar los observadores es en dudar que los días aclararán el agua enturbiada que viene bajando por el río, que suena…

Publicaciones Relacionadas

Más leídas