Aunque no lo notes, con el transcurrir de los años la piel del rostro va cambiando. A medida que creces, la piel también lo va haciendo, muchas veces es imperceptible porque priorizamos otras cosas y no le prestamos atención hasta que es demasiado tarde.
No obstante, a partir de los 30 es que muchas mujeres ven una tenue diferencia en la textura de la piel, pero cuando afloran a los 40 entran en terror porque se dan cuenta de que llegaron a la frontera, donde comienzan a aparecer los primeros signos serios de envejecimiento en nuestra piel.
Entonces llenamos el botiquín de todos los cosméticos que nos recomiendan y comenzamos a invertir en cremas costosas en las que depositamos la confianza, y que en la mayoría de los casos no llenan nuestras expectativas. Lo cierto es que para lograr una piel de buen aspecto, tersa, saludable y con la menor cantidad de arrugas influyen varios factores que muchas veces descuidamos.
Lo primero que debemos entender es que todo nuestro cuerpo está cubierto por la piel, que es el órgano más grande que tenemos. Se compone de tres capas: la primera, que es la que podemos ver y tocar, y la segunda, que sería la capa externa, cuya función es protegernos de las bacterias y los virus. Este órgano tiene un espesor de 0.1 mm, aunque este grosor puede aumentar en algunas zonas como las plantas de los pies, llegando a alcanzar entre 1 y 5 mm.
Mientras que la piel más delgada de todo nuestro cuerpo es la que recubre el contorno de los ojos. Es bueno saber que está conformada por cinco sub capas de células que reciben el nombre de queratinocitos, estos se forman en la capa basal más recóndita y recorre toda la superficie de la piel logrando que cada capa sea diferente. También está el estrato basal, que es la capa más profunda y ahí se producen los queratinocitos.
Un dato interesante: sabías que la piel tiene el tamaño de una toalla de baño: más o menos 1,5 y 2 metros cuadrados. Con un peso aproximado de 3 kilogramos.
Dentro de sus funciones está el ser excretor de toxinas del organismo.
Cómo identificar cuando tu piel está en mal estado
La piel suele hablar por sí sola; cuando está expuesta a mucho estrés, tiende a manifestarlo con manchas, granos, sequedad, color cetrino y apagado, ojeras, bolsas, etc.; son signos que nos indican una piel poco saludable y que revelan un ambiente interno tóxico.
Consejos para cuidar la piel madura
- Una alimentación saludable será una de las piezas claves para recuperar y mantener una piel en óptimas condiciones.
- Evita consumir alcohol y fumar, estos son los mayores enemigos de la piel, ya que aportan gran cantidad de toxinas que se traducen en envejecimiento prematuro.
- Automedicarnos, este es un gran error que muchas veces cometemos.
- Evita el sol, protege tu rostro con filtros solares adecuados para tu tipo de piel, con esto evitarás las manchas por exposición al sol.
- Hidrata tu piel, es vital para la piel tomar agua. Créeme, el café y los refrescos no hidratan. Aunque las infusiones pueden ayudar y aportar antioxidantes, no son la mejor opción a la hora de hidratarnos. Tomar agua es la mejor manera, tu cuerpo lo agradecerá.
- Dormir ocho horas es necesario e innegociable, con esto evitarás tener ojeras, bolsas, piel apagada o cansada.
- Limpia tu rostro en la mañana y en la noche, es primordial. Una buena rutina con los productos adecuados tanto en el día como en la noche marcarán la diferencia.