Piensan que nos engañan, pero no

Piensan que nos engañan, pero no

Esta gente maneja la opinión pública con papeletas, marrullas y oportunismo, tienen suerte, hallaron un disipador de rayos que redirige las descargas eléctricas y desvía la atención pública convenientemente.

La secuencia de acontecimientos beneficiosos para los gobiernos del PLD se inició cuando en setiembre del 1998 el huracán George provocó graves daños a su paso por el país.

El uso y abuso de los bienes y donaciones que llegaron, fruto de la solidaridad internacional, fue uno de los primeros filones que destaparon las ambiciones ocultas de enriquecimiento ilícito, no olvidemos que los peledeístas de los barrios ocultaron y robaron los alimentos, medicinas y ropas que debieron repartir a los vecinos damnificados.

Desde entonces se los llama comesolos, nombre que dice mucho de quienes llegaron al poder con una mano adelante y otra atrás, que llegaron en chancletas y en tan corto tiempo ya tenían yipetas.

Comesolos reconoce una vocación delincuencial iniciada cuando tuvieron en sus manos lo que fue para ellos un tesoro de Ali Baba, hallado en contra de la desnudez, del hambre, de la falta de medicinas provocadas por el ciclón.

Dejaron un regalo envenenado, subterráneo, fruto de la dejadez y la complicidad de autoridades extrañamente permisivas, que no actuaron para que estallara en otras manos el problema de Baninter y, además, se ocuparon de torpedear el gobierno en sus esfuerzos por resolver la crisis heredada. Se les dio bien, nuevamente se impuso la maldad.

El terremoto en Haití fue otra gran oportunidad para facilitar la estampida haitiana y, a nombre de la solidaridad ocultada por las presiones de países extranjeros que favorecen la isla como una entidad única e indivisible y continuaron gobernando para los privilegiados miembros del PLD.

Luego aprovecharon el dengue para permitir la muerte de nadie sabe cuántos dominicanos, mientras el gobierno tomaba nuevos empréstitos, dinero que no fue usado en comprar medicamentos para los afectados por ese virus.

Ahora les viene como anillo al dedo la tercera capacidad mortífera del mismo mosquito: la zika.

Ese aedes aegipty debe ser peledeísta, con una capacidad mimética que favorece a sus compañeros y da dengue, chikungunya y zika en el momento oportuno y ayuda a sacarle pies del plato a su gobierno.

Ahora que la corrupción estaba copando las primeras páginas y los mejores espacios de la radio y la televisión, aparece la zika, se roba los titulares y desvía la atención del pueblo,

Ni el gobierno ni los ayuntamientos recogen la basura, ciegan los charcos, pero de repente le surge un súbito amor al trabajo y recogen la basura con infelices guardias y policías, mientras algunos síndicos se llenan los bolsillos con el dinero presupuestado

para el aseo urbano.Juegan con la paciencia del pueblo ¿hasta cuándo?

 

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