Piercings orales: moda y salud oral

Piercings orales: moda y salud oral

Un piercing oral es una perforación que se realiza en la cavidad bucal con fines estéticos, para colocar una joya en ocasiones con valor sentimental, en otras como un reflejo de la moda.

Es común verlo en: 

• La lengua

• Los labios (superior o inferior)

• El frenillo (debajo de la lengua o del labio)

• Las mejillas

Es importante establecer, que este no es un tratamiento médico, corresponde a una manifestación de la moda actual y si no se cuida adecuadamente es un riesgo para la salud oral y general.

En la antigüedad, culturas Mayas y aztecas perforaban la lengua como parte de rituales religiosos. Se creía que esto facilitaba la comunicación con los dioses y era una muestra de valor y espiritualidad.

Tribus africanas y asiáticas solían perforarse lis labios y colocar ornamentos, como símbolo de belleza.

 En el siglo pasado, generalmente entre los jóvenes, volvió a ser una expresión de arte y belleza, los piercings orales. Olvidando en ocasiones, el cuidado e higiene que debe tenerse al colocarlos y mantenerlos en boca, de lo contrario pasan de ser una manifestación inofensiva a un foco de contaminación. 

La cavidad oral es un ambiente cálido, húmedo, donde habitan miles microorganismos, patógenos y no patógenos. Introducir un cuerpo extraño como un piercing —ya sea de metal, plástico o incluso bioplásticos— altera el equilibrio natural de esta zona, se convierte en un elemento retenedor de biofilm y por tanto se aumenta el riesgo de múltiples afecciones y enfermedades, a nivel oral y sistémico. 

1. Infecciones locales y sistémicas

Es de suma importancia que la persona y el lugar donde se realice el procedimiento, cumplan con la preparación académica y todas las normas de calidad e higiene para prevenir, cualquier tipo de infección. Previniendo así: celulitis faciales, abscesos e incluso bacteriemia.

 El conocer el historial clínico de cada persona es muy importante a la hora de colocar un piercing oral.

2. Daño en los dientes y encías.

Su simple presencia aumenta considerablemente el porcentaje de retención de biofilm y la futura calcificación del mismo, convirtiéndose en el caldo de cultivo ideal para el desarrollo de caries, enfermedad periodontal y mal aliento. Las cuales afectan la salud oral, la general y el bienestar del individuo. 

El roce constante del piercing con los dientes puede provocar:

• Fracturas dentales o fisuras del esmalte.

• Recesión gingival, especialmente en los incisivos inferiores, al hacer contacto con la parte interna del labio o la lengua.

• Desgaste prematuro del esmalte, aumentando la sensibilidad y el riesgo de caries.

3. Alteraciones funcionales

Perforaciones en la lengua o el frenillo pueden:

• Afectar la pronunciación de ciertos sonidos.

• Interferir con la masticación y deglución.

• Alterar el sentido del gusto.

• Producir exceso de salivación o babeo constante.

4. Riesgos quirúrgicos o anestésicos

Algunos piercings pueden interferir con procedimientos médicos o radiológicos, como resonancias magnéticas o intubaciones, representando un riesgo adicional en emergencias o cirugías.

5. Formación de cicatrices y queloides

Aunque menos frecuente, en algunas personas puede desarrollarse tejido cicatricial anómalo, generando molestias estéticas o funcionales.

Si ya tienes un piercing en la boca o decides colocarte uno, es importante:

• Realizarlo en un centro certificado, con condiciones de esterilización estrictas.

• Seguir al pie de la letra las recomendaciones de higiene y cuidado post-perforación.

• Evitar jugar o morder el piercing.

• Mantener una higiene oral rigurosa.

• Visitar regularmente al odontólogo para detectar complicaciones a tiempo.

Aunque cada paciente es libre de elegir su estilo, los profesionales de la salud oral no recomiendan el uso de piercings en la cavidad bucal debido a los múltiples riesgos y complicaciones que conllevan. La estética nunca debe ir por encima de la salud, y existen muchas otras formas de expresar tu personalidad sin comprometer tu sonrisa.

Los piercings orales pueden parecer una moda inofensiva, pero están lejos de serlo desde el punto de vista clínico. Antes de colocarte uno, consulta con tu odontólogo, evalúa los riesgos y toma una decisión informada. Tu boca no solo es parte de tu imagen, también es vital para hablar, alimentarte y disfrutar de la vida.

La decisión de llevarlos o no es personal, sea cual sea la tuya, no olvides que prevenir es más fácil que curar.