Piernas perfectas a puro ejercicio

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Uno de los lugares donde más se concentran los kilos es en los muslos y las piernas en general, pero esto ha dejado de ser un problema, ya que ahora se pueden conseguir unas piernas de infarto fácilmente. Sólo es necesario un poco de tiempo libre y por supuesto fuerza de voluntad.

No hay que olvidar que las piernas son los pilares sobre los que recae todo el peso de nuestro cuerpo y que son el medio de locomoción del ser humano, por ello sus huesos son los más grandes del cuerpo, sus músculos los más fuertes y sus articulaciones las de mayor resistencia. Unas piernas sanas y bien torneadas no son sólo sinónimo de fortaleza y salud, sino que también constituyen un atractivo para la gente que las posee.

El gimnasio

Posiblemente el gimnasio sea la solución más afectiva. Si se dispone de tiempo libre a la semana, lo más conveniente es apuntarse a un gimnasio, ya que además de conseguir el objetivo deseado se puede conocer gente, y practicar actividades completas y adecuadas a cada uno, pues no hay que olvidar que un preparador observará nuestra evolución, nos vigilará y aconsejará.

En el gimnasio se pueden utilizar aparatos como el «stepper». Éste es un simulador que imita el movimiento de subir escaleras. También está la cinta de correr y la bicicleta estática. Estos aparatos consiguen buenos resultados sobre todo en piernas y glúteos y además sirven para disminuir las pulsaciones, los niveles de colesterol en la sangre, la hipertensión y el porcentaje de grasa corporal.

Son varios los ejercicios dedicados a reforzar la flexión de las rodillas en particular.

Uno de ellos consiste en ponerse de pie, en posición erguida, inspirar profundamente y, sobre los pies juntos y apoyados en el suelo, flexionar las rodillas de modo que se baje verticalmente el cuerpo hasta quedar en cuclillas, mientras se va espirando y levantando los brazos hacia delante para mantener el equilibrio. Este ejercicio debe repetirse entre 10 y 15 veces.

Otro ejercicio requiere separar bien las piernas y, con las manos apoyadas en las rodillas, flexionar estas alternativamente, cinco veces cada una, desplazando el tronco erguido hacia el lado de la pierna flexionada y estirando al máximo la otra.

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