Pierre Cardin: «Yo soy mi principal cliente»

Pierre Cardin: «Yo soy mi principal cliente»

Desde su llegada a París, Pierre Cardin (San Biagio di Callalta, Italia, 1922) ha convertido la sabia combinación de clasicismo e innovación en la clave de su éxito. Vistió a las mujeres más ricas y famosas hasta que, en 1959, ideó el prêt-à-porter, que permitió acercar la alta costura a la calle.

Asimismo, este veneciano de nacimiento, pero parisino de adopción, fue también el primero en crear el concepto de moda masculina en 1957 y el «cuello mao» para hombre, así como el pionero en implantar, a inicios de los sesenta, el sistema de licencias que le permitió extender su marca en todo el mundo.

El imperio Pierre Cardin suma a su marca de ropa y complementos un lujoso hotel, el selecto café parisino Maxim’s que, desde 1981, se ha extendido como marca abriendo 18 restaurantes y 50 «bistrots», y l’Espace Pierre Cardin en París, fundado en 1970 para reunir jóvenes promesas y grandes nombres de la música, la danza y la canción.

El diseñador entró en el mundo de la moda de la mano del reconocido diseñador de celebridades Paquin y, más tarde, Schiaparelli. En 1950, después de trabajar con Christian Dior, Pierre Cardin abrió en la capital francesa su propia tienda especializada en vestidos y máscaras de teatro, su segunda gran pasión. Tres años después, presentaría su primer colección convirtiéndose en una de las jóvenes promesas de la moda de mediados del siglo XX.

LA MODA, TODO UN SUEÑO

– ¿Le hace soñar la moda?

Sí, porque ser diseñador me permite recrear todo aquello que llevo en mi imaginación. Además, para mí, la moda lo es todo. Si suprimes la moda, suprimes la sociedad, pues lo es todo en la vida. Yo tengo la suerte de trabajar con un privilegio como es la moda, ya que se trata de algo utilitario y necesario. Necesitamos vestirnos y el cómo lo hagamos es vital.

– ¿Qué cree que es indispensable para triunfar en este mundo tan complejo y competitivo?

La moda es muy diferente del teatro o del cine, donde todo es mucho más pomposo y artificial. Yo creo que la misión de la moda es conseguir ser llevable, alejarse del espectáculo, porque es algo que pertenece a nuestra vida y, consecuentemente, forma parte de nuestro lado más social.

– ¿Qué firma o diseñador cree que ha logrado marcar la historia de la moda?

Para mí, los grandes diseñadores han sido y siempre serán Pouré, Borgh, Chanel, Madame Cioné, Balenciaga, Dior, Pierre Cardin & Courrège y Paco Rabanne. Sin ellos la moda seguiría hoy en día rumbos muy diferentes. Creo que su aportación ha sido de gran importancia, pues ellos han sido quienes han ayudado a vestir al hombre y a la mujer de forma acertada y admirable en cualquier época y ocasión.

– ¿Qué valoraría o destacaría más de su aportación al arte del vestir?

En general, creo que todos ellos han logrado dar a la moda esa tercera dimensión de arte. Todos ellos encarnan el gusto, pero no el estilo. Sólo el diseñador español Balenciaga lo ha logrado. Asimismo, creo que la casa Givenchy y, en menor grado, Yves Saint Laurent, encarnan hoy la elegancia y la exquisitez. Mientras que Dior es el perfecto rompedor de esquemas y triunfador gracias a la exhuberancia y capacidad de provocación de sus propuestas.

– ¿Quién viste a Pierre Cardin?

¡Pierre Cardin! Yo mismo soy mi principal cliente. Tengo la suerte de haber construido mi propio mundo: vivo en mi propio hotel, como y ceno en mis restaurantes (la marca Maxim’s incluye actualmente dieciocho restaurantes y cincuenta bistrots), visto mi ropa, me perfumo con mis esencias…

– ¿Tiene alguna prenda fetiche? ¿Y alguna otra que crea deba ser repudiada del armario?

Para mí no hay ninguna pieza de ropa que destaque sobre las otras. Sin embargo, creo que los jeans son una prenda que tendría que ser repudiada de forma sistemática. ¡Son el fin de la moda! El jean no es moda, no es un estilo, ni una tendencia, sencillamente son un tejido que, hoy en día, se ha convertido en un uniforme.

– ¿Cuál es el punto de partida para cualquiera de sus diseños?

Yo, ante todo, me considero un escultor, no sigo el cuerpo. De este modo, mis diseños salen de un volumen, de una escultura en la que el contenido es como agua, maleable y adaptable a toda superficie. Por eso siempre digo que el cuerpo tiene que adaptarse a las formas que creo, no las formas a él.

– Entonces, los cuerpos esculturales de las modelos…

Yo nunca he utilizado maniquíes «vedettes» como hacen todos mis compañeros, porque lo importante no es el modelo sino lo que luce. En mis creaciones valoro el volumen; de este modo, busco dar forma a la ropa sobre un cuerpo, pero como sea este cuerpo no es trascendente. La moda tiene que ser capaz de adaptarse a tantos cuerpos como personas haya.

– Usted fue el gran pionero en el modelo de licencias. ¿Por qué creó este sistema?

La alta costura hace cuarenta años, como ahora, salía muy poco rentable. Los precios eran desorbitados y pensé que el modelo de licencias nos podría ayudar a ampliar nuestros beneficios. Ante todo nació como un sistema de financiación de la alta costura que, a la larga, se convirtió en una gran fuente de recursos económicos imprescindibles para el desarrollo y crecimiento de Pierre Cardin como marca. El secreto estaba en vender la firma, aprovechar sus puntos fuertes, su gancho y su gran acogida por parte del público para conseguir el dinero suficiente para cubrir gastos y, al mismo tiempo, generar beneficios.

Raramente se ve publicidad de Pierre Cardin. De este modo, ¿cómo logra usted dar a conocer su marca en los cinco continentes?

Yo lo que hago para publicitarme es organizar acontecimientos, como representaciones teatrales o viajes de carácter diplomático, que me permitan darme a conocer, mostrar lo que yo hago y, a la vez, fortalecer la imagen de marca. Todo parte de la idea de que todas aquellas cosas buenas que considero buenas para mí, lo serán también para mi marca y la humanidad.

ALGUNAS PRECISIONES

Al preguntarle si piensa jubilarse, responde:

«No, para nada, no pienso en la jubilación porque yo no veo cómo dejar de trabajar y de hacer lo que siempre me ha gustado. Si tienes trabajo, tienes vida. Siempre queda la felicidad del trabajo. En mi caso, no es un sacrificio, es un placer».

LAS IMITACIONES

Con respecto a las copias Pierre Cardin sostiene que es un «fenómeno que se tiene que relativizar, pues aquel interesado en comprar un producto de determinado diseñador no dejará de comprarlo por el hecho de poder encontrarlo en la calle más barato. Las copias e imitaciones captan a clientes, o bien eventuales o bien que nunca se acercarían a mi tienda, para adquirir un bolso mío, por ejemplo. Además, nosotros también copiamos, lo hacemos a diario, pues entonces ellos también».

TAREAS POR REALIZAR

En la fructífera trayectoria de este diseñador, no parece haber nada pendiente por hacer.

«Casi me da un poco de vergüenza admitirlo, pero todo lo que he deseado lo he obtenido y todo lo que emprendido ha sido un éxito, puede sorprender, pero es así».

Éxito que podría decirse se debe a la pasión que siempre ha puesto en todo aquello que hacía, «pues el arte y la moda han sido siempre una pasión que me ha acompañado y me acompañará durante toda mi vida. Aún así, puede afirmar que, aunque mis ingresos han crecido de forma considerable, mi vida no ha cambiado en los últimos veinte años». EFE-Reportajes.

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