Pies resecos más que un problema estético

Pies resecos  más que un problema estético

Cuidado de los pies

Los talones agrietados o resecos pueden causar incomodidad física e inseguridad por la apariencia que le dan a los pies. Normalmente, este problema es causado por la resequedad de la piel, pero también podría ser señal de enfermedades como diabetes, psoriasis e hipotiroidismo.
El problema de tener el talón agrietado debería resolverse con una buena humectación, pero si después de hacerlo la piel sigue luciendo reseca, podría indicar algo más grave que una simple resequedad.
Según datos de un artículo publicado por la revista “Vive con Diabetes”, podrás identificar los pies agrietados cuando la piel de esa zona se vuelve gruesa y extremadamente seca o cuando aparecen callos alrededor del borde del talón.
Diabetes. Cuando una persona tiene diabetes, hay una reducción en el flujo sanguíneo hacia el tronco inferior, por lo que hay una deficiencia de oxígeno y nutrientes en la piel.
Por eso los cortes y heridas son tan difíciles de curar, especialmente cuando ocurren en los pies. Esto aplica también para la resequedad en esa zona.
Psoriasis. En caso de que haya psoriasis, las heridas en los pies se vuelven muy incómodas, ya que es una condición autoinmune y dolorosa. Causa lesiones graves en la piel que suelen confundirse con otros padecimientos como hongos en la piel y resequedad. Así mismo otras de las manifestaciones de la psoriasis son: piel con enrojecimiento e inflamación, escamas gruesas y blanquecinas, pústulas. Puedes diferenciarlas de otras porque son bien delimitadas.
Hipotiroidismo. El hipotiroidismo es una condición en que la tiroides no funciona correctamente, lo que puede causar, entre otras cosas, una renovación lenta de las células de la piel.
Como resultado, la capa exterior de la piel que muere se queda más tiempo sin caerse, causando un aspecto de resequedad, especialmente en los talones.
Otros síntomas que acompañan a la resequedad son la fatiga, aumento de peso, sensación de frío, debilidad en los músculos y articulaciones, así como problemas para concentrarse.
¿Qué causa la resequedad? Usar zapatos inadecuados o de mala calidad, que no se ajustan bien, contribuye a dañar los talones.
Hay que recordar que con el paso de los años la piel va perdiendo elasticidad y su capacidad de reaccionar a los cambios de temperatura, por ejemplo, es menor.
Permanecer mucho tiempo de pie puede dañar las glándulas sudoríparas y, como consecuencia, aumentar la resequedad. El sobrepeso y la obesidad también afectan a estas glándulas porque ponen carga extra sobre las piernas.
¿Cuándo consultar con el médico? Si la resequedad de los pies persiste a pesar del cuidado y humectación, es recomendable consultar con un dermatólogo.

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