¡PILAR ASMAR: FUGITIVA DEL SUEÑO & EL ASOMBRO!

¡PILAR ASMAR: FUGITIVA DEL SUEÑO & EL ASOMBRO!

Santo Domingo estrena una nueva galería de arte: “DO. Arte Contemporáneo” (29/08/2018), denominación “transitoria” por ahora, tal como lo confirmaron dos de sus principales anfitriones, Aurora Díaz y Alescar Ortiz, en el segundo nivel del centro comercial BlueMall, con una exposición colectiva integrada por 20 obras de siete artistas dominicanas de distintas generaciones y poéticas cuya máxima clave conectiva sería su poderosa pasión por la expresión artística y la práctica pictórica.
Pero, antes que nada, un paréntesis para una cuestión pertinente: ¿cuáles serían las competencias y especialidades que debería poseer un artista para insertarse como “accionista” activo y definitivo del contexto artístico dominicano de la inminente segunda década del siglo XXI? Desde mi particular punto de vista, lo primero es una sensibilidad, una formación y una capacidad de visión que les permitan reconocer el inmenso saber artístico que es hoy patrimonio de toda la humanidad, así como el conocimiento de la historia, los lenguajes, las prácticas y las teorías artísticas contemporáneas.
El artista emergente requiere un discurso, una dicción plástica y un repertorio sígnico propios que les permitan una expresión clara y efectiva, así como una resistente capacidad dialógica a cada una de sus propuestas. Entonces, este artista tiene que ser disciplinado; estar informado y trabajar su espiritualidad con actitud discreta y autocrítica. Los artistas emergentes, deberían con frecuencia mostrar sus obras y estudiar las de otros; viajar para ver importantes exposiciones, ferias de arte y encuentros reflexivos. Y más le vale que “abran los ojos” a la hora de proyectar su obra a través de galerías, plataformas virtuales y publicaciones especializadas.
Al observar detenidamente la producción pictórica reciente de la emergente Pilar Alejandra Asmar, se impone de inmediato admitir que en su caso particular estamos ante una artista de profundas convicciones estéticas y humanísticas que asume su oficio con determinación, rigurosidad técnica y formal, sensibilidad poética, intensidad de visión y pasión creadora.
En obras como las tituladas “La naturaleza de Laura” (2018); “Entre miradas” (2018); “Naturaleza Viva” (2018); “Plegarias I” (2018); “Ofrendas y plegarias I” (2018); “Ofrendas y plegarias II” (2018) y en otros hallazgos notables de su serie “Naturaleza Viva”, facturados entre 2014 y 2017, Pilar Asmar logra suscitar y celebrar con efectividad y gracia inevitable la belleza esencial e indecible que se le revelan en la naturaleza, las contradicciones del rito existencial y los instantes de su misma “fuga” creativa cotidiana hacia los espectrales y deliciosos territorios de la imaginación, el sueño, la magia y el asombro.
En estas obras, la celebración de la naturaleza, la mujer, el mito, el sueño, lo fictivo y lo intemporal se constituyen en los ejes tensores del hilo conductor de la propuesta pictórica de Pilar Asmar. Asimilando con lucidez y efectividad los estilos, las técnicas y los materiales de la modernidad al mismo tiempo que abreva reconcentrada en las poéticas vanguardistas, la artista procede con precisión a la hora de materializar la formidable combinación de líneas, perspectivas, magnitudes, colores, tonalidades, matices, sombreados, resaltados y cartografías expresivas que signan su radiante dicción plástica y sus sugestivos espacios pictóricos.
En pleno proceso de desarrollo de un lenguaje propio cargado de símbolos enigmáticos y colores vibrantes que remiten a sus reflexiones sobre la experiencia, la naturaleza y el sentido de la tierra, Pilar Asmar crea mundos fantasmáticos, escenarios quiméricos y provocadores, vitalizados por cuerpos y rostros femeninos; mares, ríos, peces, follajes, hojarascas y vestigios arquitectónicos intemporales, suscitando imágenes fictivas de insólita belleza en las que trasluce una íntima emoción estética a la vez que genera momentos de atención sumamente especiales en la mirada y la sensibilidad del espectador.
Así, ante su activa y asertiva participación en importantes exposiciones nacionales e internacionales durante los últimos siete años y en tanto que Pilar Asmar pueda persistir concentrada en su dinámica productiva y a la hora del “oficio de taller”, estos penúltimos efectos de su lúdica, íntegra y efectiva propuesta estética, devienen como presagio iluminador de la inminente inserción de su obra en los espacios y circuitos más exigentes del arte dominicano contemporáneo…

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