Piloto herido al caer avioneta

Piloto herido al caer avioneta

POR ELIAS RUIZ MATUK
Un avión monomotor de la compañía Caribair se precipitó ayer a pocos metros del Aeropuerto de Herrera, resultando herido el piloto de la aeronave y afortunadamente los pasajeros, entre ellos, un niño de siete años, resultaron ilesos.

La nave matrícula HI-533CA, procedente de Santiago, cayó  en la arboleda entre  la avenida Luperón y el kilómetro 9 de la autopista Duarte, municipio Santo Domingo Oeste, causando la destrucción de tres vehículos que estaban estacionados en el referido paso a desnivel, cuyos propietarios huyeron para escapar con vida.

Francisco Paula, de 40 años, recibió un impacto en la cabeza  y se rompió parte del tabique de la nariz.  Fue asistido en el Hospital General Plaza de la Salud, donde los médicos dijeron que su situación era estable y que sería despachado inmediatamente después de practicársele una pequeña cirugía.

En tanto, el niño Huascar Paula Santana fue atendido en la sala de pediatría, debido al susto que se dio con la caída de la aeronave piloteada por su padre.

Según narró el niño Paula Santana, notó que a la aeronave se le apagaron el motor y las hélices, por lo que preguntó a los demás pasajeros qué estaba pasando, ya que en ese momento llevaba unos protectores de oídos.

Añadió que entonces fue que reaccionó ante el llamado del piloto (su padre), cuando pidió a los pasajeros de la nave que se pusieran los cinturones.

El piloto «planeó» la aeronave, tratando de caer en una parte donde no hubiera vehículos circulando  para que  el desastre no fuera mayor.

No obstante, al deslizarse en el aire, primero, la nave chocó con una mata de cocos y luego cayó encima de dos vehículos.

Otro carro quedó impactado debido a que la mata de cocos que había sido chocada por la aeronave, cayó sobre el mismo.

Los carros que recibieron los impactos fueron  el Toyota Corolla, dorado, placa A34-1735, propiedad de Mártires Encarnación Encarnación; otro Toyota Corolla, gris, placa A-418854, del señor Cilo José Núñez y un Chevrolet, placa A181934, propiedad de Miguel de los Santos.

Encarnación narró a los periodistas que notó cuando la nave iba en descenso, por lo que avisó a todos los que se encontraban en el lugar para que huyeran, lo que en efecto hicieron, librándose del impacto.

«Por eso no hubo heridos, porque todos nos dimos cuenta que la avioneta caía», añadió.

Dijo que al momento en que caía la nave, los choferes de los carros dañados no los ocupaban y el suyo era lavado por un mozalbete.

Tras el accidente, los curiosos arroparon todo el entorno de la nave, causando algunos que otros taponamientos.

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