Caracas.– El policía venezolano Óscar Pérez, acusado de cometer un ataque con granadas desde un helicóptero contra la suprema corte, sufrió el asesinato de un hermano hace menos de dos semanas, aseguró este jueves un amigo del también piloto.
«Hace dos semanas le mataron al hermano que trabajaba para mi compañía. El sábado antepasado llegando a su casa, por quitarle el celular, fue apuñalado», dijo Óscar Rivas, amigo y director de una película en la que actuó Pérez en 2015.
«Como millones de venezolanos, cada día estamos más vulnerables y cada día estamos más dolidos por todo lo que se vive. Y como se dice, esa fue la gota que rebasó el vaso para que él tuviera ese comportamiento», añadió en declaraciones a la radio Onda La Superestación.
El gobierno venezolano acusa a Pérez de haber lanzado cuatro granadas contra el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en Caracas el pasado martes, desde un helicóptero de la policía científica CIPC, donde es inspector aeronáutico.
También lo acusan de disparar contra el ministerio de Interior el mismo día. Aunque la aeronave fue encontrada el miércoles, se ignora el paradero del piloto.
El cineasta aseguró que conversa «mucho» con Pérez, quien según dijo también sufrió el intento de secuestro de un hijo hace año y medio cerca del colegio donde estudiaba. Debido a ello envió a sus hijos -de dos, cinco y ocho años- a vivir a México, comentó.
«Nadie sabe dónde está Óscar Pérez y el que lo sabe no creo que lo vaya a decir por su propia vida», manifestó Rivas, quien sostuvo que el policía no tiene filiación política.
Sin embargo, anotó que en este momento todos estamos jugando del bando contrario, no estamos de acuerdo con el gobierno, y yo creo que él se considera opositor en este momento como yo».
«Pero de qué vale decir que somos oposición (porque) cuando sale alguien que trata de dar la cara, que tiene la voluntad bien puesta para hacer las cosas, entonces la misma oposición trata de desprestigiarlo de la peor manera. No es justo», se lamentó.
Rivas describió al agente como «una persona digna, honesta y que no se presta para tonterías», en medio de especulaciones de que su acción forma parte de una trama del gobierno para desviar la atención de protestas opositoras que deja 81 muertos en casi tres meses.