Pinochet asume responsabilidad

<p>Pinochet asume responsabilidad</p>

SANTIAGO (AFP).- El ex dictador chileno Augusto Pinochet cumplió el sábado 91 años, sin los homenajes masivos de otros tiempos y acosado por la Justicia en tres procesos por violaciones a los derechos humanos y delitos financieros vinculados a las cuentas secretas que mantuvo en Estados Unidos.

Un centenar de partidarios del anciano general se reunieron al mediodía frente a su residencia, al oriente de Santiago, convocados por la Corporación de Personal en Retiro de las Fuerzas Armadas, para destacar su figura y reivindicar la obra de la dictadura que encabezó durante casi 17 años (1973-1990).

Al observar la manifestación, Pinochet salió a las puertas de su casa, desde donde agradeció el saludo agitando en alto su mano derecha y con una leve sonrisa.

Vestido con un sobrio traje gris oscuro, una camisa amarilla y una corbata granate, el anciano militar se mantuvo en silencio, pero su esposa Lucía Iriart leyó un mensaje suyo, dirigido al país.

«Hoy, cerca del final de mis días, quiero manifestar que no guardo rencor a nadie y amo a mi patria por encima de todo y asumo la responsabilidad política de todo lo obrado», dijo Pinochet en la nota.

«Todos los vejámenes, persecuciones e injusticias que me afectan a mí y mi familia los ofrezco gustosos, en aras de la armonía y la paz que debe reinar entre los chilenos», agregó el mensaje que los manifestantes interrumpieron con aplausos.

A través de la ex primera dama, Pinochet destacó el papel que cumplieron durante su gobierno los militares, decenas de los cuales cumplen prisión o enfrentan procesos por los más de 3.000 muertos y desaparecidos que dejó la dictadura.

«Gracias a su coraje y decisión, Chile pudo transitar entre la amenaza totalitaria y la plena democracia que nosotros reestablecimos y de la cual gozan todos nuestros compatriotas», agregó.

   Tras el saludo de sus partidarios, Pinochet volvió al interior de su residencia, donde encabezó un almuerzo privado junto a familiares, algunos amigos y ex colaboradores.

«Se encuentra en buen estado, considerando las enfermedades que lo afectan», dijo el general Guillermo Garín, un cercano colaborador del ex dictador que pasó a saludarlo.

Afecciones cardíacas, diabetes y frecuentes alteraciones de su presión arterial son algunos de los síntomas que en los últimos años deterioraron la salud física y mental del ex presidente de facto.

Aunque los partidos de la derecha apoyaron a su gobierno, el único dirigente político que lo visitó fue el diputado Iván Moreira, de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).

«Creo que hay que privilegiar siempre los valores y principios de lealtad, hay que estar con las personas en las buenas y en las malas», dijo Moreira.

Pinochet quedó bajo arresto domiciliario el pasado 30 de octubre, cuando el juez Alejandro Solís lo inculpó en un proceso por la desaparición de 36 presos políticos y las torturas que sufrieron otros 23 en la «Villa Grimaldi», una cárcel secreta que mantuvieron los agentes de la Dina, la policía secreta del régimen militar.

Sus abogados defensores lograron sin embargo que 10 días después la Corte de Apelaciones le concediera la libertad condicional, para evitar que pasara su cumpleaños bajo arresto.

Al cumplir 90 años, en noviembre de 2005, Pinochet se hallaba arrestado en su casa en el marco de los otros procesos que enfrenta: por los desaparecidos que dejó la «Operación Colombo», para eliminar opositores a su régimen, y por más de un centenar de cuentas secretas que mantuvo en bancos de Estados Unidos y otros países.

A la investigación sobre el origen esas cuentas, en operaciones estimadas en más de 28 millones de dólares, se sumaron denuncias de fraude tributario, falsifación de pasaportes y otros delitos.

Una última denuncia, que llevó a los tribunales a emprender otra investigación el pasado 25 de octubre, fue la existencia de un depósito de más de nueve toneladas de oro que Pinochet habría ocultado en la sucursal de un banco británico en Hong Kong, por un valor superior a los 160 millones de dólares.

La familia del ex dictador calificó esta versión como «una canallada» y el banco británico HSBC aseguró que «son falsos» los documentos que acreditan el depósito.

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