Pinochet luce solo y abandonado

Pinochet luce solo y abandonado

SANTIAGO DE CHILE (AP).- El general Augusto Pinochet parece virtualmente abandonado por la derecha política y hasta por el ejército, y debe enfrentar solo el escándalo por el hallazgo en Washington de sus millonarias cuentas bancarias.

   El que no cambia su posición frente a Pinochet es el Partido Comunista, su eterno adversario, al que el ex dictador nunca pudo doblegar.

   Lavado de dinero, fraude al fisco y evasión tributaria son algunas de las acusaciones que empiezan a mencionarse en torno al ex dictador, hoy replegado a su residencia de Santiago.

   En el pasado, esa residencia se llenaba de amigos y seguidores ante el más mínimo asomo de problemas o acoso. Hoy, la lujosa mansión aparece solitaria.

   «Tenemos hoy una sensación de incomodidad, de preocupación y dolor»», dijo el diputado Alberto Cardemil, del partido derechista Renovación Nacional.

   La soledad de Pinochet empezó a mediados de mes, cuando un subcomité senatorial estadounidense reveló que mantuvo en el banco Riggs seis cuentas corrientes secretas, con depósitos de entre 4 y 8 millones de dólares, entre 1994 y el 2002.

   El senador Andrés Chadwick, de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI), dijo que hay que averiguar cualquier irregularidad en torno a los dineros «aun cuando a veces pueda ser dolorosa o afectar a personas que uno siente cercanas»».

   Las noticias desde Estados Unidos «son antecedentes serios…que abren una gran interrogante y que necesitan una explicación pública»», afirmó Cardemil, quien también fue un estrecho colaborador de Pinochet como subsecretario del Interior. La UDI y RN, que fueron la base política del régimen militar, 1973-1990, trabajan unidos para las elecciones edilicias de octubre y la presidencial de diciembre del 2005. Ninguno ha levantado la voz para defender a Pinochet, de 88 años.

   El ejército, que Pinochet lideró por 25 años, hasta 1998, también tomó distancia. Su comandante, el general Juan Emilio Cheyre, apartó a la institución del caso, diciendo que «es un tema personal (y) mi deseo es que se aclare»».

   Además, ofreció cooperar con los tribunales que investigan el caos, «(ante) cualquier requerimiento que hagan»».

   En lo que hay coincidencias es en que el origen de los dineros debe aclararse y sancionarse, si hay algún delito.

   Marco Antonio y Lucía, hijos de Pinochet, son los únicos que han tratado de explicar el origen de las cuentas. Dijeron que pueden ser producto de donaciones de empresarios chilenos y extranjeros que colaboraron con el ex dictador cuando dejó sus cargos.

   Pinochet entregó el poder presidencial en 1990 y la jefatura del ejército en 1998.

   Su equipo de abogados esbozó otra explicación: que las donaciones fueron contabilizadas más de una vez por el subcomité estadounidense.

   De lo que sí hay certeza es que los dineros no pueden ser producto del ahorro.

   La presidenta del Consejo de Defensa del Estado, Clara Szczaranski, dijo que si Pinochet hubiera guardado todos sus ingresos como comandante en jefe, presidente y senador, habría reunido unos 2,5 millones de dólares.

   Dos jueces de la Corte de Apelaciones investigan las cuentas. Sergio Muñoz debe establecer el origen de los dineros y Juan Guzmán hará un inventario del patrimonio de Pinochet antes de decidir si embargará sus bienes, a petición del Partido Comunista, PC.

   Cuando Pinochet tomó el poder, en 1973, casi borró del mapa al PC, lo declaró ilegal, arrestó a centenares de sus militantes e hizo desaparecer a decenas de sus dirigentes.

   Pero el PC no sólo sobrevivió, sino que en 1998 presentó la primera querella criminal en su contra, la que derivó en el primer juicio en Chile a Pinochet.

   El anciano general fue sobreseido en julio del 2002 porque la Corte Suprema estimó que su demencia vascular le impedía defenderse adecuadamente.

   Otra querella del PC hizo que Pinochet perdiera su inmunidad de ex presidente, el 28 de mayo. Si el desafuero es ratificado por la Corte Suprema, el ex dictador será enjuiciado por el asesinato de decenas de izquierdistas que cayeron producto de la Operación Cóndor.

   Tras la Operación Cóndor estuvieron los servicios represivos de las dictaduras militares del Cono Sur, en la década de los setenta, que se coordinaron para eliminar a los opositores.

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