SANTIAGO, (AFP) – El ex dictador Augusto Pinochet recibirá en su sepelio únicamente honores como ex comandante en jefe del Ejército, pero no de ex jefe de Estado ni se decretará duelo nacional, anunció este domingo el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.

El secretario general del Gobierno, Ricardo Lagos Weber, señaló que se “ha  autorizado banderas a media asta en los recintos del Ejército y sus unidades militares”.

Los “restos del ex comandante en jefe serán trasladados a la Escuela Militar, donde serán velados en capilla ardiente hasta el martes 12, día en que se realizará una misa fúnebre a las 11 horas (14H00 GMT). Posteriormente sus restos serán cremados y entregados a la familia”, agregó Lagos Weber.

La presidenta Bachelet evitó al máximo el tema a lo largo de esta última semana en que Pinochet estuvo internado en el Hospital Militar de Santiago víctima de un infarto cardiaco, y dijo que era de mal gusto hablar de funerales de una persona que estaba viva.

En septiembre de 2005, cuando era candidata a la presidencia, Bachelet había adelantado que no era partidaria de un funeral de Estado para Pinochet.

“Desde el punto de vista de las ceremonias oficiales, francamente, a mí me violentaría tremendamente hacer una cosa de esa naturaleza”, había dicho la mandataria.

Según explicó entonces, “violenta la conciencia de los chilenos rendir honores a una persona que ha estado involucrada no sólo en temas de derechos humanos, sino incluso en temas de uso de dineros fiscales”.

La mandataria sufrió la dictadura que por 17 años encabezó Pinochet, cuando en enero de 1975 fue detenida junto a su madre, Angela Jeria, en un centro de reclusión clandestina en Santiago.

Según las normas de protocolo de la cancillería chilena, Bachelet no está obligada a rendir honores ni tampoco a dictar un duelo nacional. El Gobierno estará representado en el funeral por la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot.

Para la familia del ex dictador éste merece todos los honores en su calidad de ex presidente de la República y jefe del Ejército.

 “Mi padre fue comandante en jefe y presidente. Tomó el poder porque el pueblo se lo pedía (…) No pueden negar que fue un presidente y que se fue y dejó voluntariamente el poder”, señaló la semana pasada su hija mayor, Lucía Pinochet.

En agosto pasado, sin embargo, Marco Antonio Pinochet, otro de sus hijos, dijo que ese honor “no nos interesa, menos de un gobierno de izquierda como éste”.

En cambio para Isabel Allende, hija del ex presidente socialista Salvador Allende, a quien Pinochet derrocó el 11 de septiembre de 1973 obligándolo al suicidio en pleno Palacio presidencial, es impensable un funeral de Estado para el ex dictador. Los funerales con honores están reservados para presidentes que fueron elegidos, “no para dictadores”, dijo la parlamentaria.

“Bajo ninguna circunstancia me lo puedo imaginar merecedor de un funeral de Estado. Por ningún motivo”, agregó el domingo en declaraciones desde Madrid.