POR MARÍA MERCEDES
La invitación tuvo un motivo muy significativo: se trataba del reencuentro con una de las historias religiosas más antiguas del país. Por eso, anteayer, muchas personas tuvieron la dicha de estar en la Capilla del Rosario, construida hace más de 500 años en el terreno, donde en 1498 Bartolomé Colón fundó la Villa de Santo Domingo, sobre los cimientos de la vieja iglesia de troncos y paja fundada por el hermano del almirante Cristóbal Colón.

Y es que la Ermita del Rosario, llamada así porque es la capilla dedicada al culto de la Virgen del Rosario, es una de las iglesias más antiguas del Nuevo Mundo, y la primera edificada en Santo Domingo.

Es por eso que, al encontrarnos en ese lugar erigido en la margen oriental del río Ozama, las emociones que se transmitían en cadena se convirtieron en un remanso de paz. Es que Pinturas Tropical, dando continuidad a su campaña Pinturas Tropical pinta su país, rescató este promontorio que hoy recobra todo su color para orgullo de todos los dominicanos.

En el acto, Maribel Lazala, editora de la revista En Sociedad del periódico HOY dio las palabras de bienvenida a los presentes, de manera especial a los ejecutivos de Pinturas Tropical: José Luis Corripio Estrada, presidente del Grupo Corripio; José Alfredo Corripio, vicepresidente de Pinturas Tropical, y a los artistas que esta vez participaron en el proyecto.

Destacó que por segundo año, Pinturas Tropical ha incluido un total de cuatro piezas y diez casas en su programa de rescate de valiosos monumentos y objetos que forman parte de la historia nacional.

Luego, el nuncio apostólico Timothy Broglio hizo el corte de cinta que dejó reinagurada la Capilla y luego invocó al Señor para su bendición. En su interior, Verónica Sención, coordinadora general del proyecto, hizo la presentación y narró los momentos que allí sucedieron.

Allí, José Alfredo Corripio entregó al Nuncio un libro sobre el río Ozama y José Luis Corripio Estrada obsequió un presente al sacerdote Mariano Errasti. También José Alfredo Corripio entregó a Josefina Espaillat Nanita, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Empresarias y representante del Patronato de la Capilla del Rosario, una serigrafía pintada por José Cestero y donada por Pinturas Tropical a ese Patronato.

Al pasar nuevamente al área de los jardines, Carlos Lorenzo, director de mercadeo de Pinturas de Tropical, se refirió al propósito de la campaña y dijo que la restauración de la Capilla enorgullece a quienes la habitaron, a través de esta acción queremos rescatar lo nuestro y plasmarlo en el corazón de cada dominicano.

Luego, los presentes observaron un documental con una breve historia de las diez casas restauradas y los cuatro objetos históricos, así como un perfil de los pintores dominicanos que participaron en la campaña, quienes narran su experiencia al ser partícipes de esta historia.

Minutos después tuvieron la oportunidad de entrar a la Capilla y de escuchar las canciones del coro Armonía, mientras soplaba una suave brisa que hizo muy agradable la celebración.

MÁS SOBRE LA PROMOCIÓN

Esta vez, Pinturas Tropical restauró y posteriormente convirtió en obras artísticas las siguientes casas: La Capilla del Rosario, pintada por José Cestero; Casa del Tostado, por Carmen de Pool; Faro de Puerto Plata, por Alberto Ulloa y Palacio de Borgellá, por Guillo Pérez. Entre los objetos pintados están un bidón de leche de la familia Hernández, de Nagua, restaurado por Antonio González y pintado por el joven artista Bernardo Then. También se restauró y pintó una mecedora que perteneció al intelectual dominicano Juan Isidro Jimenes Grullón, historia narrada por el escritor León David en la Agenda 2005; la silla que perteneció a la destacada escritora dominicana Aída Cartagena Portalatín, descrita por el historiador Mateo Morrison, y el reloj de pared perteneciente a Hilma Contreras, Premio Nacional de Literatura, cuya historia la narra la escritora Ilonka Nacidit Perdomo.Carlos Lorenzo, Alberto Bass, José Cestero. Sentadas, Soucy de Pellerano, Marianela