Todos los años hacen su aparición en las cabezas de los más pequeños pero también pueden afectar a los mayores. El colegio suele ser el mayor lugar de contagio. Muchas veces asociados con la suciedad, estos pequeños parásitos no hacen asco a nadie. Ante cualquier sospecha o aviso de brote, actúa con rapidez.

Los piojos son unos minúsculos parásitos que se instalan en la cabeza. Las liendres son los huevos que ponen, que se pegan firmemente al pelo, cerca de la nuca y de las orejas. Crecen y se multiplican a velocidad de vértigo, produciendo picor e irritación. Contagiarse es muy fácil, ya que saltan de una cabeza a otra o viajan a través de gorros, peines, adornos para el pelo, etc.

Si notas que tu hijo se rasca, revísale inmediatamente la cabeza y sigue haciéndolo de vez en cuando aunque no encuentres nada.

Ten en cuenta que por muchas medidas que tomen en el cole o la guardería, cada niño debe ser tratado individualmente en casa. Con unas simples medidas higiénicas y tomando algunas precauciones puedes eliminarlos:

• lavar frecuentemente el pelo

• cepillarlo diariamente

• no intercambiar peines, gorros o accesorios para el pelo

• no usar lociones especiales si no hay piojos, son agresivas para el pelo

Pero si estos indeseables inquilinos ya han hecho su aparición, debes tomar inmediatamente las siguientes medidas:

• revisa la cabeza de todas las personas de la casa

• sin lavar el pelo, aplica a los afectados una loción antipiojos y déjala actuar de 2 a 4 horas sin cubrir ni aplicar secador. Si les resulta incómodo estar con el pelo suelto, utiliza un gorro de plástico.

• lava el pelo con un champú normal o específico y enjuágalo con agua y vinagre (1 parte de vinagre y 2 de agua) para despegar las liendres

• quita las liendres a mano o con una liendrera

Debemos realizar este tratamiento 3 veces, con un descanso de 10 días. Lava toda la ropa, toallas, sábanas, gorros, etc. en la lavadora con agua caliente. Sumerge los peines y accesorios del pelo en loción antipiojos durante 10 minutos.