Plan básico de salud

Plan básico de salud

Señor director:

El costo del Plan Básico de Salud estimado por la SISALRIL en su último estudio, sitúa en RD$4,800.00 (US$97.95) al año, el per capital anual necesario para cubrir los beneficios del mismo. Para financiar este costo, alterado por la galopante inflación, se necesita un nivel de salario promedio cotizable de RD$12,500.00. Es decir RD$4,650.00 más de lo que produce la masa promedio actual de salario cotizable.

Para cumplir con este requisito y financiar el costo del Plan Básico de Salud, se requeriría un aumento a los sueldos actuales de los trabajadores del país de un 59%. Cálculos y estimaciones de los técnicos de las ARS sitúan el costo del Plan Básico de Salud realmente en unos $6,550.00 al año per cápita. Con este nivel de costo, el salario promedio cotizable tendría que ser elevado en un 84%, si aplicamos el mismo razonamiento de las autoridades del CNSS con el precio estimado por la SISALRIL.

Tomando en consideración este grado de «desfinanciamiento» es imposible implementar el Plan Básico de Salud en el régimen contributivo en la forma en que está planteado por la Ley de Seguridad Social. Hacer lo contrario representaría un déficit económico que llevaría el sistema inmediatamente a la quiebra.

La situación presentada en el informe de la gerencia general del CNSS recomienda, por ende, un total replanteo del esquema original de la Ley 87-01 sobre Seguridad Social, en lo que a salud respecta. Ante esta situación, el camino a seguir para mantener vivo el espíritu social de la Ley debe ser una modificación que adapte esta pieza legislativa a la realidad económica del país.

En busca de una solución se ha discutido la posibilidad de introducir una modificación a la Ley que requiere a todos los patronos con más de diez empleados y con un capital mínimo a ser establecido, brindar a sus empleados y a sus dependientes una cobertura médica mínima. Esta cobertura sería adquirida por el patrón a precio de libre mercado, como en la actualidad, entre las ARS que la SISALRIL autorice. El pago de la prima mensual se realizaría directamente a la ARS. Además, las ARS serían agentes de retención para cobrar las cotizaciones a cada asegurado que financia el sistema y las remitirían a la Tesorería mensualmente.

Puerto Rico nos da la pauta cuando colocaron su población indigente en un programa de cobertura básica, costeada por el Estado, y dejaron la población privada o contributiva en un ambiente de libre mercado con pago directo. En nuestro caso, la cobertura a la indigencia debe ser ofertada por los hospitales de Salud Pública luego de llevar a cabo el registro correspondiente de la población y la modernización de dichos establecimientos tanto en el aspecto físico como administrativo, especializando su dirección por la vía de patronatos sin fines de lucro.

La SISALRIL, en este esquema, continuaría su labor de fiscalización y supervisión a las ARS, pero no existiría el dilema de control de precios debido a que estos serían regulados conforme a oferta y demanda, tanto para los asegurados como para los proveedores. Esta metodología ha resultado, hasta la fecha, la más económica y eficiente, tanto para el patrón como para los trabajadores.

Atentamente,

Frank Cabreja

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Embajador aclara

Señor director:

Tengo el honro de dirigirme a usted, en la oportunidad de agradecerle estudie la posibilidad de publicar en la sección «Cartas» del prestigioso diario «Hoy», el desmentido que estoy en la obligación de hacer en cuanto a lo expresado por la ciudadana Silvia Garmendia, quien vía internet por Hoy Digital, emite su opinión ante lo dicho por el presidente electo de la República Dominicana, doctor Leonel Fernández, cuando se refirió al reciente impasse entre Venezuela y República Dominicana.

La dama en cuestión expresa textualmente lo siguiente: «¿A qué conflicto se referirá LF, porque si es al chisme que le llevó al Presidente Chávez uno del entorno de Leonel en el sentido de que en el país se conspiraba en contra del gobierno venezolano, ya Chávez se ocupó de aclarar el chisme y llegó hasta mencionar el nombre del chismoso, que fue alguien quien desempeñó el cargo de embajador itinerante del gobierno del PLD en las Antillas Menores, de nombre Miguel».

En relación al particular, en mi condición de embajador de la República Bolivariana de Venezuela, afirmo que jamás el presidente Hugo Chávez Frías ha dicho que lo sucedido fue producto de un chisme ni ha señalado chismoso alguno. La inmensa mayoría sabe en República Dominicana las circunstancias que erosionaron las relaciones bilaterales entre los dos gobiernos, todo vez que fue público y notorio la campaña de desprestigio y la frecuente instigación a conspirar contra el Presidente Chávez y el Gobierno Venezolano que descaradamente desarrolló -desde territorio dominicano- el señor Carlos Andrés Pérez, pese a que la justicia venezolana había solicitado su extradición ante el Gobierno Dominicano para juzgarlo por actos de corrupción.

En virtud de lo antes expuesto, es evidente que la honorable señora Garmendia, utilizó el nombre del Presidente Chávez para tejer sus mentiras y tratar de enlodar el prestigio del profesor Miguel Mejías, digno ciudadano dominicano que goza del afecto y la consideración de los venezolanos que abrazamos con esperanza y fe el proceso de cambios sociales que impulsamos en la Venezuela de hoy.

Atentamente,

Francisco Belisario Landis

Embajador de Venezuela

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