Hoy 
LA HABANA
AFP. El plan del presidente Raúl Castro de eliminar medio millón de empleos estatales en los próximos seis meses generó incertidumbre entre algunos cubanos, pero muchos ven la oportunidad de montar su pequeño negocio con la decisión del gobierno de ampliar la exigua iniciativa privada.
«Todavía no sabemos a qué nos vamos a enfrentar, no está fácil la cosa, muchos trabajadores quedarán cesantes», declaró preocupada a la AFP Lázara Martínez, de 45 años, recepcionista de una de las empresas administradas por la Oficina del Historiador de La Habana. La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) precisó el lunes el recorte en los próximos seis meses de 500.000 empleos estatales, de los más de un millón -20% de la fuerza laboral- que el gobierno de Raúl Castro prevé eliminar, para aumentar la productividad del trabajo, uno de los talones de Aquiles de la economía cubana. La CTC destacó que la medida se aplicará «de forma gradual», pero «inmediata» y abarcará a todos los sectores. «Imagínate, son 500.000 personas y la suerte es loca y a cualquiera le toca», comentó Ricardo Aldana, carpintero de 46 años, al que se le «erizan los pelos solo de pensar» que podría perder su empleo en una brigada de mantenimiento de guarderías infantiles.
Los que resulten cesantes pueden ser reubicados en otra empresa de su sector o reciben ofertas de trabajo, sobre todo en la agricultura y la construcción, donde faltan brazos. En caso de no optar por ninguna oferta, la empresa les abonará un mes de salario por cada diez años trabajados, según versiones extraoficiales.
En lo que es considerada la medida de mayor impacto de las adoptadas por Raúl Castro, Cuba ampliará la pequeña y mediana empresa cooperativa, como alternativa a la drástica reducción de empleos, según la CTC. Un documento que circula entre dirigentes del Partido Comunista señala que la expansión de la iniciativa permitirá crear 450.000 empleos no estatales en 2011.
Cafeterías y peluquerías
El gobierno proyecta entregar unos 250,000 permisos de trabajo «por cuenta propia», pequeños negocios -que deben pagar impuestos- como cafeterías, alquiler de habitaciones a turistas, plomeros, criadores de animales, peluqueros, fotógrafos de fiestas.
Silvia, informática de 36 años, quedó cesante y no aceptó ninguna de las dos ofertas de trabajo que le hicieron. Ahora piensa abrir un negocio de alquiler de trajes para cumpleaños. «Jamás pensé trabajar de forma privada y realmente no espero hacerme millonaria, sólo vivir mejor», expresó la mujer, que como muchos cubanos ven en la iniciativa privada la posibilidad de ganar más que los 17 dólares que paga el Estado de salario promedio. Las medidas van más allá de la pequeña apertura de negocios autorizada en 1993 por el líder cubano Fidel Castro.
