Plan de rescate para el Archivo General de la Nación

Plan de rescate para el Archivo General de la Nación

POR LEONORA RAMÍREZ S.
La primera etapa de rescate del Archivo General de la Nación comprende el censo de aproximadamente 22 kilómetros de documentos, equivalentes a 160,000 legajos, cuya información contenida es en parte desconocida hasta por los empleados más antiguos de la institución.

Esa labor forma parte del «Plan Estratégico» que es imprescindible para sacar a la entidad de la catástrofe, del desorden que crearon, deliberadamente, más que el comején y los hongos, depredadores con nombres y apellidos, según el historiador Roberto Cassá, quien dirige el organismo adscrito a la Secretaría de Cultura, pero que trabaja con fondos directos de la Presidencia de la República.

Esa compleja transformación contará para este año con una inversión de RD$88 millones; en marzo no se habían hecho los desembolsos, porque según Cassá es a partir de esa fecha cuando el gobierno entrega las partidas presupuestarias.

Pero la medida más urgente, y que a largo plazo contribuirá con la conservación de los documentos, es la fumigación  de todo el edificio, con un gas llamado promuro de metino, para eliminar las plagas y hongos existentes en la instalación.

A causa del descuido, de la falta de control de plagas, Cassá destacó que el Archivo perdió colecciones completas, y que de las receptorías de Aduanas de 1905 a 1909, que son un fondo estratégico para la historia económica del país, el 25% no sirve por efecto del comején.

«Este archivo cayó en una situación catastrófica, en un desorden completo de los legajos, no solamente por la pérdida de miles de documentos y por el efecto del mal uso, de la depredación deliberada de parte de personas que no tenían ningún tipo de control, desaprensivas, y también por efecto de las plagas.

«Todos estos males los hemos abordado desde el principio, se han tomado medidas de control, para lo cual hemos contado con el apoyo directo del Presidente Leonel Fernández, porque el Archivo forma parte de una agenda personal de éste, y gracias a eso hemos podido iniciar algunos trabajos fundamentales».

Con una ayuda inicial que dio el Presidente en diciembre del 2004, de RD$9.5 millones, se contrató nuevo personal para cubrir las tareas técnicas y administrativas de menor grado, pero sobre todo se adecentó el nivel salarial del conjunto de la empleomanía,  «que antes era sencillamente ignominioso».

Por ejemplo, Eddy Jáquez, que fungía como director de Pre-archivo, devengaba RD$4,000, y actualmente gana, sin ser jefe de departamento, RD$30,000, «porque es un técnico muy calificado y uno de los empleados de mayor antigüedad».  Lo mismo ocurrió con Sixta Leocadio, cuyo salario era de RD$3,000, pero fue aumentado a RD$25,000, porque sus calidades son similares a las de Jáquez.

«Es el tipo de parámetro que ha cambiado porque era gente que estaba en una situación imposible de sostener, y además no se estaba reconociendo su trabajo».

UN INVENTARIO TOPOGRAFICO

Profilaxis es la palabra que describe todo lo que hay que hacer en la institución para adecuarla a los parámetros internacionales. Por eso se abrió una licitación para la reparación del sistema eléctrico,  que se debe cambiar completamente, obra que amerita una inversión de RD$1.3 millones.

«Eso es prerrequisito para todo, incluyendo la seguridad del establecimiento, para dar paso a la fase de modernización tecnológica. Pero lo básico es la reoganización de los fondos, o documentos, tanto del área de documentación como de biblioteca, que comprende libros, revistas y periódicos».

Cassá explicó que la etapa de primer orden es el inventario topográfico,  que permitirá la descripción y ubicación de todos los legajos que constituyen el patrimonio histórico del Archivo.

Ese proceso, que cataloga de «muy fuerte», comenzará en el departamento de archivo, que dirige Rolando Tavárez.

Después que se evalúen e inspeccionen los 160,000 legajos de información que tiene la entidad, se reorganizarán de acuerdo a un sistema de serie, por oficinas y etapas.

Sobre la base de ese trabajo se crearán alrededor de 25,000 boletas o formularios que se procesarán en computadoras.

«Todo eso se hará en varios meses, y luego comenzaremos el censo guía, que consiste en describir legajo por legajo; esa es una tarea que durará suplementariamente de año y medio a dos años, y la misma permitirá saber qué hay en cada legajo, lo cual será muy útil para los investigadores».

Paralelamente, se hará una catalogación para fines de digitalización, que implica la reorganización de una cantidad de depósitos que va a cubrir un kilómetro de documentos, y se hará como programa piloto porque comprende el establecimiento de un depósito especial de documentos antiguos, principalmente periódicos, que son muy usados por el público y cuyo proceso de deterioro es avanzado.

«Con este depósito vamos a hacer una prueba para implementar un mecanismo de catalogación digitalizada a través de scanners, para luego hacer una ficha de cada documento.

«Ya se está trabajando en ese sentido. Esta prueba está supuesta a hacerse con la adquisición de un centro de cómputos provisional, que precederá al centro de cómputos definitivo, y que tendrá 15 computadoras, dos servidores y cuatro scanners. «Eso nos va a servir de experiencia para comenzar una labor sustantiva de apoyo al público», destacó Cassá.

Los planes del director del Archivo General de la Nación abarcan la publicación, en la Internet, de información muy puntal sobre la historia dominicana, las memorias presidenciales y de secretarios de Estado desde la Independencia.

También de la Gaceta Oficial, que es el órgano del gobierno desde 1851, y los archivos municipales del Este «que contienen datos desde el siglo XVII y que son nuestra fuente más considerable de historia colonial».

LOS PROYECTOS ADICIONALES

Esas acciones son la punta de lanza para el «Plan Estratégico» que se aplicará a partir del 2006, y que comprenderá la gestión de una nueva ley del Archivo General de la Nación, porque la vigente está obsoleta ya que data de 1935, desde la creación de la institución.

El plan también contempla la creación de un sistema nacional de archivos.

«Como parte de ese Plan Estratégico tenemos diseñada la instalación de un centro de cómputos más grande, que permitirá  en tres o más años, digitalizar alrededor de 6 kilómetros de documentos; con ese trabajo el archivo estará en condiciones de ofrecer la información digitalizada que necesita el público porque cubrirá el 95% de la demanda, hablamos aproximadamente de 40,000 legajos en una primera etapa.

«También dirigimos la atención hacia otros archivos del país, rescatar otros fondos, en particular hay un grupo que trabaja en el traslado del archivo del Palacio Nacional hasta este local por disposición del Presidente Fernández, pues estamos hablando del principal archivo público del país del siglo XX».

En ese mismo orden se incluye una labor de formación, vinculada al logro de una asesoría externa adecuada, mediante la cual contarán con la asistencia del archivista español Manuel Romero, que aún no ha llegado al país por falta de recursos. La idea ulterior es crear una generación de archiveros dominicanos.

La animación cultural forma parte del proceso de modernización, y para tales fines reeditarán el boletín del Archivo, que desde la muerte de Trujillo, en 1961, solamente se publicaron cuatro números, «mientras desde 1938, la fecha de su salida, se editaba trimestralmente».

Ese boletín, dijo Cassá, será la contribución del Archivo a la VIII Feria Internacional del Libro. Y como parte de la política editorial, se realiza una selección de obras desconocidas de José Manuel López, que son recopiladas por el investigador Andrés Blanco; en otras áreas Emilio Cordero Michel trabaja en la recuperación de fuentes.

«En el área de difusión nuestra idea es que las labores archivísticas  repercutan en la vida cultural dominicana. Vamos a hacer un documental sobre la revolución de 1965, también vinculado a la Feria del Libro, que lo preparará Iván Henríquez, que es cineasta e historiador y encargado del área  audiovisual del Archivo», manifestó.

Cassá y su equipo también tienen planificado instalar una sala de exposición permanente, en la que se exhiban reliquias bibliográficas, como el primer libro dominicano que es un novenario de la Virgen de Altagracia, publicado en 1800, así como documentales, y parte del millón de fotografías antiguas que tiene el Archivo.

El departamento de historia oral está embarcado en el mismo proceso. Bajo la dirección del sociólogo e historiador José Encarnación, se recopilan testimonios de la revolución de Abril de 1965, para lo cual se harán entrevistas «como parte de ese rescate oral sobre un  acontecimiento de tanto relieve, y que tiene componentes desconocidos a pesar de la enorme literatura que tenemos».

EL ARCHIVO NO TENIA EXTINTORES

Cuando Cassá llegó al Archivo General de la Nación ni siquiera había extinguidores de incendio, pero ahora hay más de 15.

En términos gerenciales, había una ausencia de dirección, irresponsabilidad, indiferencia, injuria, y complicidad que dañaron la integridad de este patrimonio.

«Hay periódicos de ejemplares únicos mutilados, miles de ejemplares, lo que se hizo fue con saña….una noticia ni siquiera la fotocopiaban para evitarse la molestia del costo, por eso le hemos prohibido a dos o tres personas entrar al archivo.

«Porque hubo una época en la que arrancaban las fotografías de las revistas de principio de siglo, para ponerlas en columnas periodísticas…todo eso se hizo».

Por esa práctica, dijo Cassá, el país perdió muchísimos documentos, reliquias, cosas valiosas, que no debieron haberse perdido, «esperamos que los controles que se implementan sean irreversibles».

El Archivo también necesita un nuevo local porque el espacio es insuficiente de cara a la transformación en la que está embarcada.

«Necesitamos un nuevo local como lo ha anunciado el Presidente de la República, esa instalación será dotada de facilidades en materia de seguridad, aunque el Mandatario tiene ubicado sitio, no tenemos información oficial».

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