Plan de Seguridad Ciudadana, algunas reflexiones…

Plan de Seguridad Ciudadana, algunas reflexiones…

La Presidencia de la República presentó recientemente el “Plan Integral de Seguridad Ciudadana” al país con dos pilares fundamentales: Persecución y Prevención del Delito.

La presencia del Ministerio de la Presidencia como principal responsable del plan es importante, puede favorecer a que la Seguridad Ciudadana sea un eje transversal que integre todas las políticas públicas desde los distintos ministerios y no se reduzca al Ministerio de Interior y Policía.

La Policía Nacional y DNCD no garantizan seguridad ciudadana por su praxis y naturaleza. El establecimiento de la confianza y solidaridad como ejes claves para la Seguridad Ciudadana se contradicen con ampliación del patrullaje e inclusión de las Fuerzas Armadas. Esto aumenta la desconfianza y erosiona la cohesión social.

Se enuncia como objetivo atacar las raíces de la delincuencia identificadas en la vulnerabilidad y pobreza con componentes dirigidos hacia la población adolescente y joven masculina fuera de las aulas y sin empleo (población “ni-ni”). Elemento positivo por su atención en uno de los grupos con mayores condiciones de riesgo, pero que debe incluir la intervención en factores generadores y engrosantes como son: – Prácticas de expulsión hacia esta población al interior del sistema educativo, – Indocumentación de la población dominicana y de origen haitiano, con el agravante del despojo de documentación por parte de la JCE.

La delincuencia no es un fenómeno vinculado únicamente a la pobreza. En nuestro país se genera y sostiene en los estamentos de poder con extensión hacia los pobres, que se insertan desde la vulnerabilidad, inequidad y exclusión.

Este enfoque omite cuatro aspectos fundamentales en las raíces y expansión de la delincuencia que son: – Corrupción e impunidad desde los estamentos de poder. La corrupción es parte de la delincuencia, el sometimiento a las justicias de funcionarios/as con expedientes de corrupción (actuales y anteriores) es fundamental para promover la seguridad ciudadana y su sustento en la confianza y promoción de valores. – Complicidad estructural (no individual) de policía nacional y DNCD con redes delictivas. – Consumo de Drogas Ilícitas. Políticas de prevención al consumo debe ser un eje fundamental que no toca a la DNCD sino a  Salud Pública y Educación. – Ajusticiamientos policiales, práctica actual de persecución del delito que legitima las redes delictivas, viola los derechos humanos, debilita el sistema de justicia, obstaculiza la investigación criminal y el imperio de la ley.

“El peso del imperio de la ley” supone una reestructuración y transformación de la gestión pública con erradicación de prácticas de corrupción, impunidad y disparidad salarial. No se eliminan privilegios con desigualdad entre cúpulas con altos salarios y salarios miserables en la mayoría de empleados/as (casos maestros/as).

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