Plan nacional de energía eléctrica

Plan nacional de energía eléctrica

EDUARDO DELGADO SUÁREZ
Hasta cuando, Señor, los apagones? El nueve de octubre de 1970, mi familia y yo aterrizábamos en Santo Domingo y el primer apagón no nos permitió viajar en ascensor desde la recepción del hotel El Embajador hasta nuestras habitaciones en el sexto piso y de esta manera conocimos al señor Apagón, quien nos ha acompañado desde entonces durante 35 años y 6 meses, pero tengo entendido que el suplicio se había iniciado algunos años antes.

Hasta donde yo sé no existe país alguno en el mundo occidental cuyos gobiernos de diferentes colores no hayan ido capaces de eliminar los problemas del suministro de energía eléctrica a su nación; sólo la República Dominicana no sólo no ha resuelto la situación sino que obviamente esta se ha empeorado y complicado cada vez más.

Si alguien tiene el tiempo y la paciencia de buscar cada día en la prensa o en las emisoras de radio y televisión noticias sobre los apagones, verá que nunca ocupan lugar de privilegio sino que constituyen informaciones dispersas, compuestas por notas o declaraciones de muy diferentes organismos oficiales o privados incluso de personajes interesados en la situación de la que obtienen pingues beneficios, que informan sobre aspectos varios de los apagones, de las deudas de los suministradores de los porcentajes de suministro que esperan alcanzar (alrededor de un ridículo 70%) y desde luego de la necesidad de que la gente pague lo que no recibe. La corrupción y el robo no se mencionan.

El pueblo dominicano, en sus diferentes estamentos debe saber que no puede esperar la solución de este gravísimo problema si este no se enfoca bajo un Plan Nacional de Energía Eléctrica, que no existe, que estudie y establezca las necesidades de energía del país no solo actuales sino las que se indiquen como consecuencia del desarrollo del país década por década en el Plan Nacional de Desarrollo de la República Dominicana, que desgraciadamente tampoco existe, y que debiera cubrir, las necesidades energéticas presentes y futuras que indicaran, entre otros, los planes nacionales de educación, sanidad, seguridad social, transporte nacional y ciudadano, agrícola y ganadero, turismo, comunicaciones, fuerzas armadas, anticorrupción y antidroga, reorganización total de la justicia, reorganización definitiva del empleo público, preservando la empleomanía y los cuadros de mando básicos e intermedios, evitando, evitando el carrusel de despidos (que crea corrupción) que trae consigo cada cambio de gobierno, etc.

Ninguno de estos planes nacionales, existe; debe crearse cada uno, a la mayor brevedad en un foro nacional por organismos públicos y privados, instituciones e individualidades, altamente competentes y sin intereses creados.  La totalidad de ellos dará forma y contenido al plan nacional de desarrollo, que deberá ser aprobado por el gobierno y enviado al Congreso para su ratificación, y que servirá de guía inexcusablemente a los siguientes gobiernos.

Otro aspecto importantísimo a considerar es que actualmente el suministro de energía eléctrica parte de la utilización únicamente del petróleo para generarla. Con la ayuda pequeña e interminente de los embalses de agua y presas existentes muchas de ellas en pésimo estado de mantenimiento en sus cuencas y fondos.

El pueblo dominicano debe saber que cuando en 1969 el Gobierno nacional llama a un concurso internacional para la construcción de una refinería de la que el país carecía y al cual se invitó a las grandes compañías petroleras asentadas aquí como Esso, Texaco, Shell, etc., el petróleo (crudo) se pagaba en esta área alrededor de 2.20 $ el barril CIF o sea puesto en el puerto de Haina, estábamos al final de la era llamada de energía petrolífera barata que duró hasta el último trimestre de 1973 cuando el ataque egipcio a Isael, cruce del mar Rojo y devolución del Sinaí, mientras se funda la OPEP por los países productores de petróleo que decretan el embargo mundial del petróleo y su racionamiento mundial. (No lo hubo en República Dominicana pero, como decía Kipling, el gran escritor angloindio, esa es otra historia). Habíamos entrado en la era de la energía cara.

¿Sabe el pueblo dominicano cuanto costó a Refidomsa el barril de petróleo crudo (spiked) que trajo El Cardo, primer petrolero de 70,000 toneladas que atracó en la boya de Nizao, y que se utilizó para la puesta en marcha de la Refinería? Sólo 2.80 dólares barril CIF Nizao. Eso fue en enero 1973 y en el último trimestre de ese mismo año el petróleo ya se pagaba entre 16 y 20 dólares barril; había llegado la era de la energía cara, de la que no hemos salido. ¿A cómo se paga el petróleo en el mundo? Según su procedencia vale ahora entre 50 y 56 dólares el barril o sea 25 veces más que entonces.

¿Es lógico, por lo tanto, que hoy en día el suministro de energía eléctrica se apoye casi totalmente en el petróleo, d0el que hasta el momento no tenemos yacimientos (pozos) y debemos pagar en dólares que no nos sobran, a pesar del trato preferencial que nos dispensa el tratado de San José?

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