Planificar para sobrevivir

Planificar para sobrevivir

Desde el año 1996 Paulo Herrera Maluf preside una firma Consultora de Negocios que se ocupa de asesorar empresas con aspiraciones de excelencia. Experto en dinámica de cambios, las destrezas aprendidas y aplicadas en el trabajo empresarial le permiten evaluar la coyuntura nacional más allá de los errores gubernamentales y de los intereses de grupos políticos. Lo hace sin caer en la planicie de las propuestas fáciles que apelan a la conformidad, a la aceptación individual de los momentos cruciales como designio inmanejable. Evita utilizar el término crisis, prefiere decir que la sociedad dominicana vive un momento de “cambio intensificado”. Sin embargo, acoge el ideograma chino utilizado para representar el hecho y admite que crisis puede ser peligro u oportunidad. Ingeniero civil, nativo de Santiago, cambió de rumbo profesional obligado por las dificultades del 1990 y descubrió el mundo de la Gerencia.

“ La crisis del 90 y del 91 hizo que me convirtiera en pequeño empresario. Yo soy hechura de una academia que prohíbe pensar, que le teme a la diferencia y como empresario descubrí las lagunas que tenía que llenar. Hice una Maestría en Negocios y el mundo de la Gerencia me fascinó. Yo no soy un experto en crisis, en la empresa somos expertos en manejo del cambio y la crisis no es más que un tiempo en el cual el cambio se intensifica. El hábitat natural es el cambio pero existen situaciones muy difíciles cuando se afecta lo macro y hay que minimizar su impacto y evitar el miedo.”

Prefiere no señalar responsables de la crisis. En este momento –dice eso es lo que todos hacen, mejor es buscar lecciones y soluciones. Reprueba el optimismo a ultranza, lo considera irresponsabilidad, apuesta a las actitudes positivas. Aunque ha dedicado 8 años a la asesoría y resolución de problemas en la empresa privada los rudimentos pueden ser aplicables al gobierno y al Estado que por demás apunta funciona “menos mal” que la empresa privada. Advierte que vivimos en una sociedad desarticulada y que se necesita, con urgencia, alguien que transmita tranquilidad y envíe al colectivo mensajes claros. Califica la sociedad dominicana como “del ser más que del hacer, tiende a la conmiseración y al no puedo”. Rechaza el discurso moralista, la referencia y manipulación de los valores porque –asevera el problema no es que un empleado o un funcionario sea bueno o malo sino el desequilibrio de poder y la ausencia de controles.

[b]BUSCAR SOLUCIONES, NO RESPONSABLES[/b]

Acepta que la crisis tiene responsables pero nada se gana con las imputaciones. “Había gasolina en el suelo y las autoridades actuales encendieron un fósforo.”

“Me preocupa la falta de reacción, de asumir la realidad. Hemos estado postrados durante mucho tiempo, no desde ahora, lo que pasa es que tuvimos la suerte de disfrutar unos años de bonanza. En el año 2001 la banca celebró su crecimiento y se presentó eso como un logro y la burbuja estaba a punto de estallar. Todos ignoramos las señales. Todos.”

“Nunca uno solo es responsable de la crisis y prefiero usar responsable a culpable. La cultura nuestra es muy moralista y tiende a ver el mundo blanco y negro, culpable o inocente. Es muy difícil, para el caso de la crisis financiera, señalar como responsable a una sola persona. La responsabilidad de las autoridades actuales está en que sabiendo que había gasolina en el suelo prendieron un fósforo. La gasolina ya estaba y la olieron. Lo que se necesita ahora es planificar más que nunca. La planificación no elimina la incertidumbre pero la reduce. Hay que evitar el cinismo y la inmovilidad. Los líderes de las empresas, los líderes sociales, deben cuidarse de decir una cosa y hacer otra. Hay que seguir viviendo, hacer los ajustes para sobrevivir.”

[b]¿Es aplicable esa recomendación al gobierno?[/b]

“Claro! Las herramientas de diagnóstico son genéricas. El país tiene referencias inevitables, liderazgos y el comportamiento de los liderazgos influye en todo. Cuando los problemas se ignoran, cuando no se envían mensajes claros hay consecuencias. Nosotros estamos necesitando, desesperadamente, alguien que nos diga que el país no se va a hundir, que transmita tranquilidad. Nadie lo hace. ¿Qué ocurre con el dólar? Imagina un sube y baja de parque, todos estamos en un solo lado y del otro, solo, está el gobierno. Mientras la confianza no se recupere, mientras no se estabilice el sube y baja, para nadie será un negocio vender ni comprar dólares. Una de las causas raíces de la inestabilidad es la falta de confianza y en lugar de restaurarla se mina.”

[b]¿Puede lograrse la excelencia en las empresas cuando el entorno es adverso?[/b]

“El cambio intensificado siempre se interpreta como una amenaza y la respuesta es luchar o salir huyendo. Las situaciones fuera de modelo afectan la vida de las personas y se manifiesta en todo. Lo primero es reconocer que todos seremos afectados y no asumir una actitud estoica. Mi empresa tiene ocho años trabajando en consultoría para cambios, reestructuración, fusiones y aun cuando la cosa estuviese tranquila – mediados de los 90 cuando pensábamos que vivíamos en un gran país pero resultó que no era cierto había empresas con problemas. En el micro cosmos de las empresas veíamos los problemas con la bonanza económica. Ahora más entidades se ven compelidas a cambiar, rápida y drásticamente. Tenemos más demanda porque el que se quiera fastidiar lo único que tiene que hacer es seguir actuando de la misma manera que actuaba antes de este período de cambio. Hace tres años estábamos ocupados ayudando a las empresas a crecer, ahora cambia el contenido.”

[b]SOCIEDAD DESARTICULADA[/b]

Aunque sorprenda a muchos, Herrera Maluf, socio Director de Coach Consultores de Negocios está convencido que el Estado funciona menos mal que las empresas privadas. Lamenta la desarticulación de la sociedad dominicana. Sólo es capaz de hacer “bullitas” de vez en cuando.

“ Nuestras empresas no son más que un reflejo de la sociedad, adentro hay muchísima impunidad. Nadie mide el trabajo del otro y cuando se intenta medir representa una situación de stress muy grande para el empleado. La típica empresa nuestra tiene dos o tres problemas comunes y uno es la falta de gerencia. Nadie sabe lo que tiene que hacer y la receta para que te consideren eficiente es ser “buena gente”, eso quiere decir sumiso, y “serio”. Con esos elementos usted se convierte en Don Fulano y permaneces en un escritorio, treinta años, sin evaluación.”

Algo parecido ocurre con los empleados públicos.

“El Estado nuestro es esencialmente el Estado de Trujillo pero funciona menos mal que las empresas privadas. Desde el punto de vista legal está preparado aunque le faltan los mecanismos para vigilar el cumplimiento de la ley. ¿Cuántas empresas dominicanas hacen presupuesto? Menos del 5% y de ese 5% un punto lo hace bien. El Estado tiene que hacerlo, el problema es si se cumple o no. Se critica al Congreso pero ¿quién vigila las acciones de los diputados y senadores?¿por qué votan, si votan, si asisten, quién está detrás de determinadas leyes?”

“ Parte de la pobreza del discurso nuestro se reduce a si soy o no soy bueno y el problema no es la bondad. No es verdad que estos funcionarios son el problema. ¿Usted cree que si el equipo anterior hubiera tenido el Congreso a su favor no hubiera hecho lo mismo? Pero eso no es lo que importa, lo que sí importa es que existan mecanismos para controlar a los funcionarios y que se publique lo que hacen.

“ Esta sociedad está desarticulada, hacen faltan espacios para la participación. Este momento se debe aprovechar para no seguir jugando el juego que los políticos quieren. Ellos no tienen freno y la sociedad no hace nada para frenarlos. Nos encanta situarnos en un púlpito y decir que el país está descompuesto pero ¿cuándo ha estado compuesto? Frente al poder no tenemos capacidad de reacción, hacemos una bullita pero no tenemos mecanismos para dar seguimiento a los políticos.”

[b]ME CUIDO DE LOS JUICIOS DE VALOR[/b]

Usted evita caer en los juicios de valor. Es una aptitud personal o las reglas de la Gerencia no lo permiten?

“ Hay todo un movimiento para administrar el tema de los valores. Me cuido de los juicios de valor. Cuando un cliente te dice que es transparente sólo hay que preguntarle si paga sus impuestos, si busca la manera de estirar la ley cuando se trata de liquidar a sus empleados. Para acabar con la corrupción, por ejemplo, no basta enseñar Moral y Cívica en las escuelas. Cuando se habla de Educar en los Valores ¿quién decide cuáles son esos valores? Más allá de los valores universales respeto la individualidad de las personas, aunque creo que el debate es necesario. ¿Tenemos los dominicanos valores como sociedad? ¿Sirven esos valores para identificar lo que es ser dominicano además del merengue, la bachata, la pelota? ¿Es útil ese ejercicio? Tenemos una cultura del ser, no del hacer, y percibimos el destino como algo colectivo pero en esta sociedad el individuo tiene poco espacio. Son muchas las personas que se van del país, no por razones económicas, que ya son muchas, sino por su opción de vida. El problema de nosotros no es sólo moral, aquí hay un problema de equilibrio de poder muy grande. La gallina cruza la calle porque puede. Los políticos llegan hasta donde pueden porque nadie se opone y cuando digo políticos me refiero a cualquier persona con autoridad –policías, militares, funcionarios . Yo no puedo ir a una empresa y decir que el problema es que se necesita gente más seria porque eso no resuelve nada.”

[b]OPTIMISMO VS ACTITUDES POSITIVAS[/b]

Paulo Herrera Maluf no tiene propuestas de evasión. Es realista y reniega del optimismo per se. La situación requiere actitudes positivas, decisiones.

“ El optimismo sin asidero puede ser irresponsabilidad. Prefiero la actitud positiva, saber que hay problemas, no negarlos y confiar en tus habilidades para enfrentarlos. A los dominicanos nos han dicho tanto que no podemos que tendemos a la auto conmiseración. Las herramientas de la gerencia no sustituyen a las de la sociología o de la política pero se complementan. El empresario sabe que esto va a pasar y eso es nuevo como actitud. En este momento no creo que se produzca la emigración de la clase media que se produjo en los 90. En aquel momento veníamos de mal para peor, no habíamos experimentado años sucesivos de bonanza y crecimiento. Ahora hay un ajuste enorme pero las empresas se están preparando para pasar el temporal. El retroceso ha sido muy grande, en el sector seguro, por ejemplo, para llegar a los niveles del año pasado se requieren cuatro años. Antes se pensaba que nunca alcanzaríamos la bonanza, porque no la conocíamos, ahora el péndulo está de un lado y volverá al otro. Aquí no hay cultura de planificación pero hay que planificar más que nunca y la planificación requiere disciplina. Esto no es el fin, hay que seguir viviendo.”

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