Planifiquemos

Planifiquemos

JOSÉ R. YUNÉN
Para quienes viven preocupados por el eficaz progreso económico de este país, amenazado por los rabiosos aires de fronda que soplan sobre el mundo. Leímos la noticia en los rotativos de circulación diaria, que el gobierno de turno dispone el inicio de un plan de construcción de 100 días de obras públicas consideradas prioritarias que involucran inversiones que pasarán los dos mil millones de pesos.

Si reconocemos que el desarrollo constituye la cardinal preocupación nacional, es preciso confesar que estas realizaciones a mi modo de ver saltan por encima de las escencialisimas prioridades que hoy día tenemos presente. Se le empiezan a dar preferencia a la política de campanario para aumentar una dinámica de movilización social; a material de complacencia, consideradas de común urgencia o bien dirigida particularmente a los desposeídos, que ya han perdido la fe en la eficacia de la paciencia.

Estamos asediados por un cúmulo de apremiantes y urgentes necesidades; se puede afirmar que no hay un solo sector vital de la existencia en el territorio nacional donde no aprieta la penuria. Si hacemos un recuento de todas nuestras necesidades, observaremos que en el área educacional los planteles de varias escuelas, que debieran empezar su docencia se encuentran prácticamente inabitables. En el área de salud, las neveras de las morgue de los principales hospitales están fuera de servicio, y no existe donde transitoriamente poner los cadáveres; la inmisericorde condición de salubridad del estado actual del Instituto Nacional de Patología Forense, y cabe agregar, en el mismo orden de ideas la lentitud en el desembolso de las sumas adeudadas a los Hospitales, que serviría para aliviar el desabastecimiento carencial existente, así como el atraso en los salarios de hace varios meses de los funcionarios que prestan sus servicios en los centros de salud.

En fin no debemos olvidar que siempre lo primero será primero, pero, sin planificación no hay desarrollo posible. Planificar es guardar las categorías de las necesidades. Si asimilamos lo antes dicho, la educación y salud son los elementos que podríamos considerar esencialmente prioritarios en la actualidad, a pesar de reconocer que el desarrollo constituye una preocupación nacional.

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