Cada estación del año, la naturaleza pone una gran variedad de plantas a nuestro alcance, las cuales sirven para cocinar, para decorar y también para aromatizar nuestra casa.
Las plantas son grandes aliadas de quienes prefieren no usar aerosoles, que sabemos que no son nada buenos para el medio ambiente.
Hoy te presentamos plantas que te ayudarán a mantener tu casa fresca y además te servirán para aromatizar tus recetas.
Ciertamente las puedes encontrar en el supermercado o vivero, pero también es cierto que la mayor parte de las hierbas olorosas usadas en la cocina para condimentar o añadir sabor a los platos resultan más aromáticas y sabrosas cogidas al momento; solo algunas, como el tomillo, conservan inalterado su aroma incluso después de haberse secado, mientras que otras, entre ellas algunas muy interesantes y comunes (albahaca, salvia, romero, estragón, perejil, hierbabuena) pierden gran parte de su fragancia y casi todo el aroma si se conservan o se secan; por consiguiente, es preferible usarlas frescas. Así que si puedes, cultívalas en casa; será mucho mejor, y además embellecerás el espacio.
Las plantas aromáticas más utilizadas en la cocina que pueden crecer en el interior, y proporcionar colores y aromas agradables, así como un toque natural y decorativo en las repisas de tu cocina, son las siguientes:
Tomillo. Se trata de una planta resistente de flores color malva. Deberás ir podándola para incrementar su crecimiento y colocarla en un lugar soleado.

En la cocina, se utiliza en todo el mundo especialmente para dar sabor a carnes guisadas y a la parrilla, sopas, escabeches, así como también en rellenos y salsas. Combina muy bien con el pescado y las verduras al vapor, el cordero, el pollo y aves de caza, especialmente aquellas carnes que se cocinan lentamente, ya que le permite liberar sus aceites esenciales.
Perejil. Es una de las plantas aromáticas más usadas como condimento en la cocina mediterránea. Combina especialmente bien con pescados y mariscos. Además, dará a tu cocina un alegre color verde intenso.
Hierbabuena. No podían faltar las plantas aromáticas que, además, podemos utilizar en la misma cocina o en la preparación de platos o bebidas como cocteles. La hierbabuena, por su aspecto y aroma, es muy agradable para la casa.
Menta. La menta tiene muchas variedades con diferentes matices en su sabor. La planta se muere cuando está en bajas temperaturas, por lo que el clima local es perfecto para su cultivo. Necesita mucha tierra para desarrollarse totalmente y con ella puedes hacer variadas infusiones.
Orégano. Junto con el perejil, es una de las más utilizadas en la cocina, especialmente en la dieta mediterránea. Aunque la puedes usar en muchos platos, conseguirás un sabor realmente especial en pizzas y ensaladas.
La verdolaga. Es la planta que se recomienda cultivar solo en macetas o jardineras con poca tierra.
Sirve para nutrir a las personas y por lo general crece muy rápido, al punto de que puede cubrir zonas en pocos días.
Entre sus beneficios está el alto contenido de ácidos grasos como el omega 3, vitaminas, calcio y magnesio. La verdolaga es utilizada como diurético además de ser un laxante natural.
El cebollino o puerro. Se trata de una hierba comestible bulbosa la cual brota en la primavera. Colócala en un sitio donde le de el sol directamente y podrás aprovechar cada uno de sus beneficios para la salud.
Las lechugas. Esta planta se suele sembrar en la primavera y su temporada de cultivo es en verano. Forma parte de las plantas hortícolas anual; suelen ser uno de los ingredientes que no pueden faltar en una ensalada. Se cultiva fácilmente en los huertos.
Contiene muchas vitaminas A y C, sodio, potasio, hierro, fósforo y calcio. También tiene cantidades de agua excelente para consumir en planes alimenticios estrictos.