Por MARIO MÉNDEZ
La Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) controlaría el 64% de la producción y comercialización de la energía eléctrica, de ejecutarse el proyecto para la instalación de las plantas de carbón en que está inmersa esa empresa eléctrica, se advierte en un informe que se hizo llegar a la sección Economía de Hoy.
De acuerdo a ese informe, en la actualidad la CDE participa en la generación hidráulica, en la térmica, en la transmisión y en la distribución, y además tiene el rol de comercializador de la energía adquirida en los PPA y en los contratos tipo Madrid, se explica en el informe.
Se explica que, en adición a eso, a partir de los contratos con las carboneras, la participación de la CDEEE en el mercado será muy superior a la actual, con una participación en la etapa de producción y comercialización del orden del 64%, porcentaje calculado como peso de la CDEEE en las HIdro, más 50% de Haina e Itabo, más 100% de la comercialización de los PPA de CESPM y SECIP, más el 100% de las dos carboneras, respecto del total de potencia instalada en el país.
Según se explica, de esta manera la participación de la CDEEE en el mercado no sería el de una empresa residual surgida de una reestructuración de un mercado, sino como una empresa dominante y además verticalmente integrada.
El informe también cuestiona el impacto que pudieran tener las carboneras sobre os precios, ya que, según explica, aun cuando la instalación de las carboneras producirá un descenso importante de los costos del mercado mayorista, esta reducción no se traducirá, al menos totalmente, en rebajas para los usuarios finales, ya que una parte sustancial de la renta quedará en CDEEE, como resultado de su gestión de comercialización de los PPA.
En un contexto alternativo, donde las centrales se instalan como plantas mercantes, las distribuidoras podrían comprar la energía con contratos o en el mercado de ocasión a precios más bajos, maximizando de este modo las rebajas para los usuarios finales, se explica en el informe.
Además, el informe planea que la instalación de las plantas de carbón responden a una lógica contraria a la filosofía del mercado regulatorio actual, al suprimir el cuajo de señales económicas.