El país no ha podido construir una base industrial sostenible y competitiva por la falta de políticas industriales de largo plazo y de un enfoque miope de la importancia del sector manufacturero en el desarrollo nacional y en la generación de empleos.
El planteamiento fue hecho por Ligia Bonetti, presidenta de la Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD), al presentar el libro 4 Décadas de Políticas de Desarrollo Productivo en República Dominicana, de los economistas Rolando Guzmán, Manuel Agosin, Magdalena Lizardo y Rafael Capellán.
Expresó que debido a las distorsiones creadas en el sector industrial y otras limitaciones estructurales de la economía se llegó a la década de los noventa con una industria protegida por aranceles, tasas de cambio duales, el ad-valorem y recargos cambiarios, entre otros, que al desmontarse bruscamente ante la apertura de los mercados, quedó imposibilitada de competir con los productos de importación.
Los desmontes arancelarios y los tratados de libre comercio que hemos firmado en los últimos 20 años nos han convertido en una de las economías pequeñas más abiertas del mundo, pero con todos los países que hemos firmado libre comercio, estamos perdiendo la batalla de la balanza comercial, dijo.
A su juicio, las vivencias demuestran que el país necesita integrar el desarticulado sistema productivo.
Expresó que cada sector ha promovido leyes como si estuviera solo en el espacio productivo del país.
La manufactura esta desarticulada de la agricultura, la agricultura del turismo, el turismo de la industria, y la industria local y las zonas francas son dos mundos aparte, sostiene.
Puso como ejemplo que la industria local de muebles no puede venderles a los hoteles, porque a estos les resulta más económico importarlos libres de impuestos.
Bonetti considera que la industria no va al campo porque la agricultura ni se financia ni se asegura, y en lugar de sembrar para producir materia prima, le resulta mejor importar bienes intermedios.
Cree que la manufactura local es afectada por una enorme burocracia en sus procesos y por problemas estructurales que limitan las ventas a las zonas francas, pues éstas prefieren importar sus insumos.
Consideró que los empresarios deben abocarse a corregir las distorsiones sectoriales, para lograr un mayor valor agregado y ser más competitivos y aumentar las exportaciones.
Expresó que la apertura comercial del país ha obligado a los sectores productivos a orientarse hacia las exportaciones, pero que el marco no ha sido favorable para su crecimiento.
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Encadenamientos
1. La presidenta de la AIRD dijo que cada vez será más cierto que en las economías en etapas de transición, como la dominicana, la conformación de conglomerados productivos es la mejor forma de enfrentar los retos de la competitividad en un mercado abierto.
2. Llamó al sector industrial a dejar de lado los pocos resabios que quedan de desconfianza entre competidores, para saber que es posible la cooperación sin dejar de competir entre ellos.