Plantean necesarios medidores y precios adecuados para agua

Plantean necesarios medidores y precios adecuados para agua

La necesidad de mantener una política que asegure un uso racional del agua a través de precios adecuados y del establecimiento de medidores ha venido tomando fuerza en el país en la medida en que aumenta la importancia económica de ese recurso.

Los expertos plantean que la importancia del agua es un indicador que refleja la necesidad de asignar un precio que responda al valor de escasez del recurso, así como de monitorizar el consumo a través de medidores.

Igualmente se plantea como perentoria la valoración económica del agua como insumo tanto para fines domésticos como productivos.

Ayer, el presidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), ingeniero Aridio Santos, propuso que se establezcan medidores de consumo de agua potable en todos los hogares, establecimientos comerciales e industriales para garantizar un uso racional del líquido.

El ingeniero Santos consideró urgente que se implemente esa medida para evitar desperdicio de agua y controlar su manejo, sobre todo en períodos de sequía, como en la actual, que se registra escasez.

Indicó que la instalación de medidores (contadores) generará recursos a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) para mejorar las redes de distribución y garantizar mayores niveles de potabilización del agua que suple a la población.

Sostuvo que la colocación de medidores (contadores) en los hogares, además de contribuir a generar recursos a la CAASD, garantizaría el que la ciudadanía no desperdicie el agua, dado lo útil que resulta para la vida en sentido general.

“Entendemos que con el establecimiento de ese mecanismo las autoridades contribuirían a crear más conciencia sobre la importancia que constituye la potabilidad del agua y su uso racional para la presente y futuras generaciones”, señaló el presidente del Codia.

Asimismo, Santos sostuvo que la población debe hacer conciencia de la necesidad de pagar el agua en la medida de sus posibilidades económicas y además hacer uso racional de la misma, principalmente en períodos de sequía, en que baja el caudal de los ríos que surten los acueductos.

Resaltó lo costoso que sale al Estado dominicano potabilizar el agua para garantizar la salud de la ciudadanía, por lo que sería inconsecuente el que los consumidores no paguen el servicio y que para colmo desperdicien el agua.

Diferentes valoraciones. En el país se han hecho estudios que, ante la diversidad de usos para el agua, le han dado diferentes valoraciones en función de los diferentes usos.

Así se ha establecido el método de ahorro en costos para el caso de la generación de energía hidroeléctrica; el método de cambios en la productividad, para el uso del agua en la agricultura, y para el consumidor doméstico, comercial e industrial.

Con esta combinación de metodologías se busca proporcionar un valor económico diferenciado para el agua, cuando esta es usada como insumo de la producción.

Según se ha indicado, la aproximación del valor económico del agua se basa en los beneficios sociales que se derivan cuando hay un cambio en la oferta total del recurso, debido fundamentalmente a un incremento en la demanda, ya sea por el crecimiento poblacional o por el desarrollo económico.

Asimismo, se plantea que la aplicación del enfoque de excedente del consumidor, considerando el análisis de demanda de agua, reporta un valor económico asociado con incrementos en la oferta de agua, y cómo dichos incrementos corresponden a variaciones netas de utilidad para la población.

“Para la aplicación de este enfoque, es necesario conocer la elasticidad del precio de la demanda, con el fin de obtener la disponibilidad de pago del consumidor del recurso hídrico en los sectores doméstico e industrial”, se explicó.

Además, se plantea que el valor del agua en los tres últimos sectores puede estimarse usando el análisis de demanda (excedente del consumidor), donde se incluyen variables como precio (tarifa), volumen consumido y elasticidad.

Aunque el mercado ha sido tradicionalmente el modelo que mejor ha cumplido con la asignación de recursos, puesto que los precios de los bienes y servicios equilibran la oferta y la demanda de los mismos, se advierte, sin embargo, que en el caso de los bienes y servicios ambientales, el mercado no ha sido eficiente, puesto que los mismos carecen de precio y de mercado, esto se conoce como fallas de mercado.

Las fallas de mercado son la causa de que las tarifas de agua sólo consideren una parte de los costos de ofrecer el servicio de abastecimiento para los diferentes usos, no se incluyen o internalizan los costos ambientales en que se incurre para disponer de agua en calidad y cantidad socialmente aceptables.

“Esta debilidad tarifaria ha provocado la explotación del recurso agua, agotamiento de acuíferos y degradación de grandes cuerpos de aguas superficiales, lo que supone un alto riesgo, tanto para la inversión social en infraestructura instalada como para el bienestar de los sectores productivos, de servicios, así como de la población en general”, se indicó.

Asimismo, se considera que la sostenibilidad del uso de los recursos implica además reconocer las necesidades sociales y económicas de la población que se encuentra en las áreas donde se producen estos servicios, que requieren de una compensación adecuada para no elegir o continuar utilizando los recursos para otras opciones económicas no sustentables para subsistir.

El manejo integrado del recurso hídrico como capital natural puede ser una opción innovadora para impulsar el desarrollo sostenible.

Este componente responde a la necesidad de capitalizar la riqueza natural en función del desarrollo socioeconómico, considerando a la vez las posibilidades de mantener la base del capital hídrico como fuente permanente de servicios ambientales y de ingresos.

También se considera necesario identificar y valorar los bienes y servicios que prestan los ecosistemas.

ZOOM

Valor y precio

Los recursos naturales carecen de precio, al no existir un mercado donde puedan ser intercambiados. No obstante, ello no quiere decir que carezcan de valor. Por tanto, es necesario contar con algún método para estimar dicho valor o contar con un indicador de su importancia en el bienestar de la sociedad.

Valoración
La valoración económica del medio ambiente arroja información sobre el valor monetario que los miembros de un determinado colectivo le otorgan a las distintas alternativas medioambientales con las que se les confronta, se explicó.

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