LONDRES. AFP. La «flexibilización cuantitativa», a la cual se acaba de plegar el Banco de Inglaterra (central) y que es estudiada también por el Banco Central Europeo, es una política monetaria fuera de lo común que busca reactivar la economía a través de la creación masiva de dinero.  El principio es relativamente simple. Cuando inyecciones previas de liquidez clásicas en los circuitos económicos no han producido el resultado deseado, el banco central «crea» dinero.

Muchas veces se utiliza la expresión «imprimir dinero», aunque este dinero no es emitido en forma de billetes ni monedas y circula sólo en forma electrónica.  En un segundo tiempo, utiliza este «dinero del banco central» para comprar a los bancos comerciales activos financieros, como créditos del Estado o de las empresas.

 Eestas operaciones, permite a los bancos recuperar liquidez.  El fin último es que gracias a la liquidez, los bancos comerciales aumenten sus esfuerzos para otorgar préstamos a los hogares y las empresas. Estas medidas «no convencionales» son consideradas por los economistas como una alternativa a la «flexibilización cualitativa», es decir, la baja de las tasas de interés para reactivar la economía, cuando esta herramienta convencional no basta o no está disponible.

La Fed

La Reserva Federal estadounidense también inició una política de flexibilización cuantitativa hace unos meses, tras haber reducido las tasas de interés a prácticamente cero. Los economistas recomiendan prudencia a la hora de utilizar esta herramienta, porque puede en teoría desencadenar un sobrecalentamiento de los precios.